Tanto José María Aznar como Esperanza Aguirre siempre han estado protegidos por las tintas de Pedro J., Ansón y Losantos

Algunas veces, la verdad sea dicha, me gusta hacer alguna que otra pregunta incómoda a las élites de la parrilla. Esta vez el elegido ha sido, por la actualidad del personaje, Pedro J. Ramírez. Existían altas probabilidades de que no contestara a mi cuestión, y así fue. Sin dilatarme más, le pregunté: ¿Si Bárcenas le hubiese confesado que Aznar cobró sobresueldos del partido, qué hubiera hecho? Probablemente, tales declaraciones, no las habría publicado.

No las habría publicado, decía, porque el director de El Mundo nunca le haría semejante “putada” a su amiguito José María. Por ello, estimados lectores, no se equivoquen cuando etiqueten al periódico de Pedro J. como el buque insignia de la profesionalidad informativa. Desde sus comienzos, el principal rival de “El País” siempre ha sido el brazo mediático de Aznar y los suyos. Tanto el ex presidente del gobierno como Esperanza Aguirre han estado protegidos por las corrientes de opinión favorables, auspiciadas por Pedro J., Ansón y Losantos. El trío que se inventó la teoría de la conspiración en los atentados de Atocha con tal de “salvar el culo” – perdonen la expresión – al ilustre José María.

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