El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reunirá este miércoles en Barcelona con Pere Aragonès en una clara muestra de voluntad de diálogo para desencallar la investidura de Salvador Illa, ganador de las elecciones y único aspirante con opciones de ser elegido por el Parlament de Cataluña como nuevo president de la Generalitat. De hecho, en estas últimas semanas, desde ERC han solicitado un incremento en los gestos de atención por parte de los socialistas para proseguir con unas negociaciones que están siendo intensas y bastante ventajosas en lo programático para la región.

Se trata de un momento crucial para las aspiraciones de Illa. Una semana agónica donde los tiempos importan, habida cuenta de que la secretaria general de ERC, Marta Rovira, auspició a los socialistas a alcanzar un acuerdo rápido ya que si el entendimiento no llega antes de la finalización del mes de julio se levantarán de la mesa de negociación. Los republicanos también han advertido de que habrá repetición electoral si no se alcanza un "acuerdo de soberanía fiscal" que permita a Cataluña recaudar, gestionar y liquidar los impuestos.

Sánchez y Aragonès acercan posturas

Desde que se produjesen las elecciones autonómicas del pasado 12 de mayo, los movimientos tectónicos en el Parlament de Cataluña no han dejado de producirse, moviendo el tablero de los entendimientos y haciendo que la repetición electoral se convierta en un fantasma futurible cada vez más cercano. Desde aquella noche electoral, en la que el independentismo entendió que eran incapaces de armar una mayoría, el PSC pudo toda su maquinaria a funcionar para hacer de Illa, ganador de los comicios, el próximo president de la Generalitat.

No obstante, y pese a que los números otorgan una mayoría solvente a un hipotético frente progresista, no está siendo nada sencillo. Nunca lo es cuando Cataluña forma parte del proceso de entendimiento, tampoco a nivel nacional. En lo autonómico, las conversaciones han ido virando desde la financiación singular, condición sine qua non para ERC, hasta las competencias de Rodalies. En lo referente a este último aspecto, el Gobierno cerró hace apenas 24 horas un acuerdo con la Generalitat para la transferencia de 1.520 millones de euros en los próximos tres años.

Con todo, cabe destacar que, si finalmente socialistas y nacionalistas alcanzan un acuerdo para investir al dirigente del PSC como presidente de la Generalitat, los militantes de Esquerra Republicana tendrán que dar su visto bueno al contenido a través de una consulta a las bases. Serán los cerca de 8.700 afilados del partido que preside Oriol Junqueras quienes ratifiquen o no esta alianza que tiene como escollo principal el acuerdo de "soberanía fiscal" para que la región recaude y gestione los impuestos que genera.

La fecha máxima para alcanzar un acuerdo es el 26 de agosto, por lo que el contador sigue corriendo con poco más de un mes por delante. La de Sánchez y Aragonès va a ser la primera reunión entre el presidente del gobierno y el president de la Generalitat desde las pasadas elecciones autonómicas catalanas, en las que ERC perdió contra el PSC, y después de la aprobación definitiva de la polémica ley de la amnistía. ¿El objetivo? Destensionar el ambiente para despejar el camino a Illa.

El encuentro será sobre las 12.00 de la mañana en "una reunión institucional en el Palau de la Generalitat", tal y como recogen fuentes del Ejecutivo. Posteriormente, ambos presidirán la firma del convenio de traspaso de la gestión del Ingreso Mínimo Vital (IMV) junto a la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, y el conseller de Drets Socials, Carles Campuzano. Al finalizar el acto, la ministra y el conseller comparecerán ante los medios de comunicación.

Un pacto a tres con los Comunes

El pasado 14 de julio, Illa aseguró que buscan priorizar "un buen acuerdo, un acuerdo sólido, que proporcione estabilidad y perspectiva en Cataluña", por lo que emplazó a ERC y a los Comunes encontrar puntos en común y buscar aquello que "les une para construir una mayoría de progreso y frenar a formaciones políticas como Vox y Aliança Catalana" en el Parlament. Sin embargo, desde las declaraciones de Rovira y su evidente "pesimismo" por el estado de las negociaciones, desde el PSC se ha establecido un hermetismo total para no enturbiar las conversaciones.

Y es que en este encaje de bolillos también entran en juego los de Jéssica Albiach, que siempre se ha manifestado a favor de suscribir un pacto a tres en la izquierda catalana. Sin embargo, este lunes el portavoz del partido, Joan Mena, aseguró que por ahora no se han realizado negociaciones "a tres bandas", aunque sí ha confirmado que los encuentros que han mantenido con los socialistas están avanzando "de manera adecuada".

Para Mena es "prioridad" formar el Govern y piden "responsabilidad" a los nacionalistas. "¿De qué manera nos acercamos más al sistema de financiación justo que necesita Cataluña, con un acuerdo progresista o con una repetición electoral?", ha cuestionado a los dirigentes de ERC. "La prioridad son los contenidos y las políticas, y la entrada o no es secundaria ahora mismo", dijo por su parte la dirigente de los Comuns sobre la posible coalición en el Palacio de la Generalitat.

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