Estas últimas han sido semanas convulsas en el PP. Los contratos de Isabel Díaz Ayuso, una presunta trama de espionaje que habría sido perpetrada desde la dirección nacional del partido, la celebración de un congreso extraordinario que tendrá lugar los primeros días de abril, el posicionamiento del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo como candidato primero a liderar la formación y un largo etcétera de acontecimientos han acaparado -y siguen haciéndolo- la actualidad política de nuestro país. 

En estos casos nunca está de más recurrir a la hemeroteca, como hace para la ocasión que aquí concierne el Financial Times. El prestigioso diario británico analiza la situación actual del principal partido de la oposición, así como la crisis interna por la que este pasa y que se ha convertido en una de las más duras que se recuerda en el partido conservador. 

Las noticias respecto a la acusada crisis del PP no se han limitado a España, sino que han llegado a muchos puntos de la geografía, tal y como se demuestra en estas líneas. Así las cosas, el Financial Times dedica un artículo titulado El centro derecha español, debilitado por las disputas internas mientras lucha contra la amenaza de Vox. En él, el rotativo se refiere a Ayuso como la clara ganadora de la batalla con Pablo Casado y muestra los “retos” a los que tendrá que enfrentarse Feijóo si finalmente preside el PP. Algo que, por otra parte, todas las quinielas dan casi por sentado.

Los “dos problemas” de Casado

El diario británico asegura que el objetivo primero del líder de la Xunta debería ser “dar al PP un mensaje lo suficientemente convincente como para recuperar a los votantes tentados en respaldar a Vox”. En la misma pieza, el periódico destaca cuál habría sido el “preludio” de la mala relación entre Ayuso y Casado.

El inicio de la caída del aún líder popular, siempre según el medio mencionado, podría encontrarse en “dos problemas” que él mismo destacó en una entrevista concedida hace un año, precisamente, al Financial Times.

“Se negó a dar respuesta directa de sí o no sobre si Vox era un partido democrático y expresó su frustración con la amplia cobertura mediática de otros líderes del PP, incluida Ayuso”, expone. 
Otro párrafo dice: “El mismo Casado se enfurece ante las afirmaciones de que debe su impulso al resultado de Madrid, que afirma que ‘no fue la causa sino la consecuencia’ de la mejora de la posición de su partido”. Este podría haber sido el principio, asegura el diario, que habría “herido a Ayuso”, pero ha terminado por “destruir” a Casado.