Ada Colau se ha declarado perpleja por la decisión de la Audiencia Provincial de Barcelona de reabrir el caso de las subvenciones a cuatro entidades amigas, concedidas supuestamente de forma irregular. El caso de estos 80 millones había sido archivado en julio con el acuerdo del ministerio fiscal. La reapertura le viene complicar las cosas ante la campaña electoral, aunque también le refuerza en su argumento central para presentarse como la alcaldesa de Barcelona que incomoda a los poderosos. Este sábado, el PSC proclamará a Jaume Collboni como candidato a la alcaldía y solo quedarán dos incógnitas a resolver: las decisiones de Xavier Trias y Sandro Rosell.

La alcaldesa de Barcelona no consigue zafarse de la querella presentada por una enigmática entidad denominada Asociación por la Transparencia y la Calidad Democrática a cuenta de unas subvenciones concedidas en 2019-2020 al Observatorio DESC, a la Plataforma de Afectados per la Hipoteca (PHA), a la Alianza contra la pobreza energética y a los Ingeniero sin Fronteras. En julio, Colau y los suyos celebraron con euforia la decisión del Juzgado de Instrucción número 21 de cerrar la causa por falta de pruebas de la intervención de la alcaldesa en la resolución de los expedientes bajo sospecha.  

La Audiencia Provincial ha ordenado ahora la reapertura y la práctica de nuevas pruebas por considerar que “no se puede descartar su participación (de la alcaldesa) en los hechos de autos que podrían ser constitutivos de prevaricación”. La querella se sustenta en la relación previa de Colau con alguna de estas entidades, especialmente el Observatorio DESC y la PAH, aunque la Intervención del Ayuntamiento de Barcelona declaró que en los expedientes no se detectó ninguna irregularidad de trascendencia penal.

La decisión, además de causar la perplejidad de la alcaldesa, puede convertirse en delicada materia electoral y complicarle la campaña. Colau no tardó ni cinco minutos en proclamarse objeto de una persecución alentada por las fuerzas vivas y poderosas de la ciudad, como ya había hecho con anterioridad por esta cuestión, pero la reapertura de esta causa puede dificultarle mucho más el discurso que el resto de criticas habituales contra su gestión: la falta de seguridad, la suciedad de las calles o la guerra ideológica contra los coches.

A pocos meses de las elecciones municipales, los candidatos de las tres fuerzas que según los sondeos se disputarán la victoria están ya decididos. Colau por los Comunes y Ernest Maragall por ERC hace ya algún tiempo que han sido confirmados y el tercero en discordia, Jaume Collboni, será oficialmente el candidato del PSC este sábado. Los socialistas cierran así el paréntesis de dudas extraoficiales mantenidas sobre la conveniencia de conceder a Collboni una tercera oportunidad para recuperar la alcaldía de Barcelona, perdida en 2011 por Jordi Hereu. Collboni obtuvo 4 concejales en 2015 (el peor resultado del PSC), alcanzó los 8 en 2019 y algunas encuestas señalan que en esta edición pueda darse un empate técnico entre PSC, Comunes y ERC.

El catálogo de candidatos a la alcaldía de Barcelona no está todavía completado. Xavier Trias y Sandro Rosell no han hecho pública todavía su decisión de participar o no en los comicios. El exalcalde Trias ha dado alguna señal de que ciertamente tiene interés por concurrir. A pesar de que inicialmente parecía que una de las condiciones para presentarse era la de mantener la unidad entre ERC y Junts, la salida de Junts del gobierno de la Generalitat no parece haber alterado los planes de Trias. El exalcalde compartía militancia en el PDeCat y en Junts, pero recientemente ha roto con el PDeCat para quedarse en Junts, lo que podría interpretarse como un paso decisivo para ser el candidato a la alcaldía. Su participación electoral podría modificar las magras perspectivas de Junts en los sondeos y romper con el horizonte de igualdad previsto entre Colau, Maragall y Collboni.

El caso de Sandro Rosell es diferente. El ex presidente del Barça ha venido retrasando su decisión hasta conocer el desenlace de sus muchas causas judiciales, de las que ha sido declarado inocente de casi todas. Le queda tan solo la confirmación de su exculpación en el último juicio pendiente, el de la contratación de Neymar. Confirmada su total inocencia, solo quedarán por superar las dudas que mantiene sobre la oportunidad de saltar a la política municipal.