Miguel Ángel Rodríguez, conocido comúnmente como MAR, se ha convertido en el gran protagonista, inesperado -o quizás no tanto-, en el caso que salpica al novio de Isabel Díaz Ayuso, Alberto González Amador, por dos delitos fiscales y uno de falsedad documental. El jefe de gabinete de la presidenta madrileña regresó a X -antiguo Twitter- nada más salir las primeras informaciones que ponían contra las cuerdas al compañero sentimental de la baronesa y comprometían a esta segunda. Y desde entonces ha sido un no parar de bulos y manipulaciones del que Rodríguez ha hecho gala, muchas veces desde redes sociales.

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En las últimas horas, el jefe de prensa de Ayuso ha vuelto a reaccionar a las noticias publicadas que constatan que González Amador intentó evitar el juicio por el fraude fiscal aceptando ocho meses de cárcel y una multa de más de medio millón de euros, reconociendo así los delitos. Algo que, por otra parte, ya se había adelantado hace cosa de diez días, cuando la Fiscalía aclaró que el novio de Ayuso se ofreció a pactar y reconocer los hechos. “Tengo la sensación de que el Fiscal General del Estado terminará en la cárcel”, señalaba Rodríguez en su perfil, añadiendo una muletilla que empieza a ser habitual: “Es opinión mía, desde mi teléfono personal. La cacería de Sánchez contra Díaz Ayuso les va mal (...) España no es Venezuela”.

Preguntado por algunas de las cuestiones controvertidas que ha difundido en las últimas semanas la mano derecha de la presidenta, así como por su estrategia de envío masivo de información difusa, el jefe de gabinete de la política popular mantiene que lo “único cierto es que filtrar documentos privados de cualquier ciudadano por parte de la Fiscalía es un delito que conlleva pena de cárcel”.

Bulos de Miguel Ángel Rodríguez en el caso del novio de Ayuso

Pero no es la única información difusa, cuando no bulos, que ha difundido el jefe de gabinete de la presidenta. Hace justo una semana, la Comunidad de Madrid aseguraba sin pruebas que la Agencia Tributaria iba a pedir la devolución de 552.000 euros a González. ElPlural.com se puso en contacto con Rodríguez para conocer de dónde venía la información, si se correspondía con un hecho que la Agencia Tributaria había confirmado, a lo que éste respondió: “Obedece a que yo lo sé y lo cuento”.

Lo cierto es que el Gobierno regional sabe que este organismo no puede revelar información relativa a un contribuyente ni pronunciarse sobre un proceso judicial abierto, por eso difundió sin poder demostrarlo que la Agencia Tributaria devolvería dinero al compañero sentimental de la presidenta. El objeto parecía claro y no era otro que el de tergiversar la realidad y confundir los datos reconocidos por González Amador. De hecho, así lo apuntaban fuentes de Hacienda a este periódico.

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Para más detalle, la única devolución a la que podría haber hecho referencia el equipo de la presidenta es a la cuantía con la que su novio intentó regularizar la situación y evitar el proceso judicial, aunque desde Sol no dieron más detalles. En cualquier caso, el acusado no puede presentar una regularización de forma voluntaria y, de hacerlo, le sería devuelta; siendo este el único movimiento al que podría haber hecho referencia MAR. Es decir, respondería a una no aceptación de la regularización con la que González Amador quiere evitar el juicio.

En relación a ElPlural.com, el jefe de gabinete de la política también mintió al ser consultado por la vivienda 100% propiedad de Ayuso que sirve a su vez de sede social de una empresa denominada Ayuso Lahoz S.L. En esta ocasión, Rodríguez negó que la presidenta tuviera vivienda alguna en propiedad, pero no es cierto.

El término en el que se amparó -a pesar de no mencionarlo directamente- es el de la “nuda propiedad”, una figura que, como explicó este periódico, obedece al derecho del que disfruta un ciudadano sobre cualquier cosa de la que es propietario pero que sobre el que no puede hacer uso. La “nuda propiedad” obedece a una cesión que, normalmente, llevan a cabo las personas de avanzada edad que al no contar con descendencia o no querer traspasarles su vivienda venden la nuda propiedad al banco o a otro particular y mantiene el usufructo. De esta manera, reciben dinero por la nuda, pero pueden disfrutar de ella hasta el momento de su fallecimiento.

Pero ha habido más. Seguramente el ejemplo más evidente es la difusión que el jefe de prensa de Ayuso hizo entre la prensa de la derecha mediática para culpar a periodistas de estar acosando a la presidenta a las puertas de su casa. Una mentira en la que se mantuvo, si acaso variando ligeramente la versión con el paso de los días. Algunos compañeros se profesión se vieron obligados a aclarar que ningún trabajador había intentado acceder a al interior del inmueble, sino que lo máximo que hicieron antes de publicar una información fue acercarse a las inmediaciones del edificio para corroborar con vecinos de la zona que Ayuso y González Amador comparten dos viviendas -la oficial, de un millón de euros, y el ático del piso de arriba- en el pudiente barrio de Chamberí.

La relación de MAR con la prensa en el caso de González Amador tampoco ha pasado desapercibida. Basta con recordar las amenazas vertidas a la periodista de elDiario.es Esther Palomera y al propio medio de comunicación, al que amenazó con “triturar” y “cerrar”. En su defensa, también por parte de la lideresa regional, ambos alegaron que Rodríguez y la informadora tenían una relación “de confianza” -algo que ella misma desmintió- y afeaban a la segunda haber enseñado una conversación de WhatsApp que consideraban privada.