Este miércoles, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se rio en voz alta ante la pregunta de un periodista de este medio de comunicación. En concreto, cuando se le cuestionó por el piso de un millón de euros en el que vive junto a su pareja, y por el ático que tiene justo encima, que Alberto González Amador disfruta en régimen de alquiler. Ambas viviendas acumulan un coste de 2,3 millones de euros en el mercado y se ubican en Chamberí, una de las zonas más caras de la capital, por lo que no parece descabellado calificarlas como "de lujo", tal y como hizo ElPlural.com en su pregunta. Sin embargo, la risa de la presidenta tronó en la rueda de prensa y acompañó su mofa con un: "Hay que partirse de risa con ustedes".

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ElPlural.com ha tenido acceso a la información registral del ático en cuestión a través del Registro de la Propiedad de Madrid.  Los datos hablan por sí solos: "Ciento cincuenta y ocho metros ochenta y tres decímetros y cuatro centímetros cuadrados, situada a la derecha según se sale del ascensor y con fachada a la calle. Fachada a la zona ajardinada interior derecha. Vestíbulo, cocina, aseo y dormitorio de servicio, sala de estar-comedor, despacho, aseo y cuarto de baño principal, dormitorio principal, tres dormitorios más, un pequeño vestíbulo de servicio y terraza". Prestaciones las citadas de las que no gozan todos los españoles, a un precio, el del millón de euros, que no todos los españoles pueden permitirse. 

Consultando con mayor precisión en diferentes portales inmobiliarios la zona en la que se encuentra este inmueble, que no revelará este artículo por respeto a la privacidad de Isabel Díaz Ayuso y su pareja, ElPlural.com ha encontrado tanto pisos en venta como alquileres, cuyo precio, para viviendas similares a la que se está haciendo referencia, no baja en ningún caso del millón de euros. Si se prefiere rentar un domicilio de características similares, el precio mensual que arrojan estas plataformas oscila entre los 3.200 y los 4.000 euros.

Obras ilegales con consecuencias

A su vez, justo debajo de este ático está el inmueble principal que ha acaparado el mayor número de titulares y de polémicas. Uno de los motivos principales para conseguirlo fue la puesta en marcha de obras ilegales en el interior del mismo, que fueron inicialmente denegadas por el Ayuntamiento de Madrid debido a su magnitud y a la falta de la presentación de toda la documentación pertinente para llevar a cabo semejantes reformas. 

Sin embargo, las modificaciones en el interior del inmueble continuaron a la espalda de la prohibición de la Administración municipal, y ello tuvo consecuencias fatales para un local del edificio. En concreto, la ruptura de una tubería bajante durante las obras provocó el vertido de aguas fecales en un restaurante de la planta baja, mientras que sus dueños estaban de vacaciones. Al regresar, se encontraron un panorama de lo más desagradable y tuvieron que cerrar durante varios meses, y cuando fueron capaces de arreglar el destrozo, poco después volvió a ocurrir el mismo accidente, pero esta vez, por un vertido de agua corriente mientras se estaba dando un servicio de cena. Tras este segundo problema, el restaurante se vio obligado a cerrar porque se fue a la quiebra.

Recientemente, el propio Alberto González ha reconocido indirectamente las irregularidades de estas obras. Lo ha hecho al solicitar al Ayuntamiento la regularización de estas obras, lo que implica que no están regularizadas al haberse saltado las advertencias y prohibiciones de la Administración, y por ende, son ilegales. Esta petición de regularización vino tras una segunda denuncia por parte de Más Madrid, que podía implicar la visita de un inspector al interior del inmueble. Para evitar ese mal trago, González solicitó que se regularizara la situación de la vivienda, aunque de momento, sin éxito. La formación progresista, en el mismo sentido, instó al Ayuntamiento de Madrid y al alcalde, José Luis Martínez-Almeida, a que tratasen a Ayuso y a su pareja como "ciudadanos corrientes" y que no existiera ningún trato de favor en esta situación.

Risas y negaciones

Por su parte, como ya se ha convertido en costumbre, la respuesta de Isabel Díaz Ayuso consiste en negar todas las informaciones que los periodistas emiten, en tildarlo todo de "persecución" a un ciudadano particular y en burlarse de las preguntas de los profesionales de la comunicación que hacen su trabajo. Sin embargo, esta "persecución" de la que habla la presidenta de la Comunidad de Madrid contempla un largo recorrido de irregularidades y polémicas protagonizadas tanto por Alberto González Amador como por la propia Ayuso. 

En primer lugar, cabe recordar que González Amador está investigado por un presunto fraude fiscal por valor de 350.000 euros, por haber cobrado comisiones por valor de más de 2 millones de euros por la venta de material sanitario durante lo peor de la pandemia y por haber utilizado más de 10 empresas pantalla para cometer dicho fraude, algunas de ellas, incluso, afincadas en paraísos fiscales como Panamá. Después de todo ello, González adquirió el inmueble que ahora se sitúa en el foco mediático y en el que reside con la presidenta madrileña. 

Por parte de Ayuso, la noticia se centra en que la máxima autoridad madrileña ha repetido, por activa y por pasiva, que no tiene vivienda alguna en propiedad, pero lo cierto es que sí la tiene. En concreto, un piso que heredó de su familia fruto de una donación, en un mecanismo para evitar su embargo después de que una empresa familiar entrara en quiebra, del cual la presidenta tiene la nuda propiedad al 100% y su madre goza del usufructo, tal y como puede consultarse públicamente en su declaración de bienes. Inmueble que, a su vez, fue utilizado como sede de dos empresas familiares para la venta de material médico: Ayuso Lahoz S.L., participada por familiares cercanos de la presidenta, y Sismédica S.L., de la que la propia Ayuso es socia al 50%.

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