El Ayuntamiento de Madrid, liderado por José Luis Martínez-Almeida, ha aprovechado el verano para colar por la puerta de atrás algunos proyectos a los que los vecinos se oponen frontalmente mientras sigue sin atender a exigencias de los ciudadanos sobre otros.

El caso más palpable de lo primero es que el Consistorio de Cibeles ha otorgado la licencia en mitad de agosto para construir un horno crematorio en San Fermín (Usera) -concretamente en el número 36 de la avenida de Rosales, en el marco del tanatorio que la empresa Parcesa posee en la M40- ante el que los habitantes de la zona y las asociaciones de esta llevan tiempo plantándose con el apoyo de la oposición.

Uno de los partidos más activos en las reclamaciones para que la andadura del horno crematorio, que se pondría en funcionamiento durante los próximos ocho años, no siga adelante es Más Madrid. La formación de Rita Maestre, a través del concejal Félix López Rey, sigue en la batalla para que se paralice una actividad que, por encima de todo, “pone en riesgo la salud de los vecinos” y, además, “se salta las normas” al haber quedado prohibida por la propia Ordenanza de Calidad de Aire.

Sacar adelante el proyecto, evidencia López Rey, no hace sino constatar que el PP “siempre maltrata a los barrios más humildes y vulnerables”, en este caso a Usera, el distrito de por sí más perjudicado en el presupuesto municipal. “El equipo de Almeida eliminó de él más de dos millones de euros para construir una escuela infantil en el mismo barrio donde ahora plantea el crematorio (…) Y en el distrito hay tres depuradoras, una subestación de gas y la M40”, afea.

Con la última pretensión de Almeida, el concejal deja claro que Más Madrid no se va a quedar “de brazos cruzados”: “Como siempre, estamos con los vecinos y las vecinas y vamos a impedir este cuarto intento de que se ponga un crematorio”. En la misma línea, el PSOE exige explicaciones y rechaza esta “peligrosa decisión”.

Rechazado hasta en tres ocasiones

Cibeles ha desautorizado hasta en tres ocasiones la implantación de un horno crematorio en el barrio de San Fermín. La primera de ellas data de 2002, cuando el alcalde era Álvarez del Manzano (PP), y la siguiente en 2016, con Manuela Carmena al frente. Pero incluso después de que Almeida tomara el bastón de mando, el proyecto quedó estancado. Aquella vez, la última hasta la fecha, fue en 2021 con el veto de Ciudadanos.

El motivo era precisamente que la localización chocaba frontalmente con la normativa medioambiental municipal, que exige que el cantón se sitúe al menos a 250 metros de viviendas o lugares de permanencia, un documento al que ahora el equipo del regidor hace caso omiso.

A más a más, la actual decisión del PP es contraria a la que tomara el propio partido en pleno de Cibeles aquel mismo año, cuando aprobó junto al resto de grupos parlamentarios una proposición socialista para que el crematorio no pudiera abrirse.

El texto de la autorización contempla que “la presente licencia se concede por acatamiento y cumplimiento de sentencia firme dictada en fecha 12 de julio de 2021” por parte del Tribunal Supremo, al que Parcesa-Parques de la Paz SA presentó un recurso de casación ante la resolución 30 de marzo de 2016 del Gerente de la Agencia de Actividades, quien inicialmente había denegado dicha licencia.

El permiso final, en manos de Ayuso

El permiso contempla la construcción de un horno incinerador provisto de cuatro quemadores, así como de una chimenea de 36 metros de altura, dos calderas y un grupo electrógeno cuya potencia es superior a los 1.400 kWT.

Pese a la norma medioambiental, el Ayuntamiento expone que no hace falta que se emita un informe de evaluación y deja en poder de la Comunidad de Madrid la autorización definitiva de la cremación de cadáveres señalando que es la que debe “establecer las condiciones de la autorización encaminadas a garantizar la integración ambiental de la actividad”.

16 cantones mantienen en vilo a una quincena de barrios

Pero el crematorio no es el único proyecto contra el que los vecinos de varios barrios de Madrid se levantan y a los que el equipo de Almeida desatiende. Otros de los elementos que llevan años trayendo de cabeza a los ciudadanos son los cantones. 16 macrovertederos contra los que varias asociaciones llevan años uniéndose para intentar que el PP entre en razón. La Elipa, Las Tablas, Arroyo del Fresno, Valdemoro… así hasta superar la quincena son los rincones madrileños que se han levantado contra los ‘populares’ en los últimos tiempos. El enfado es tal que los hay que piden una protesta multitudinaria de carácter conjunto contra las intenciones de Almeida en la que entren también los perjudicados del barrio de San Fermín.

Al otro lado del teléfono nos atiende la Asociación Vecinal del Barrio de Montecarmelo (AVV de Montecarmelo) que, si bien diferencia ambos casos al haber diferencias palpables en las responsabilidad, hace hincapié en su colaboración con los distritos damnificados por los cantones y cuenta cómo, en última instancia, están todos a una, solidarizándose así con los vecinos de Usera.

“Nosotros en 2006 tuvimos un amago de crematorio en el cementerio de Fuencarral, al que también nos opusimos y sabemos lo que es”, relata. “Y ahora, en el caso nuestro concreto, estamos coordinadas asociaciones de hasta 16 barrios por el tema de los cantones”.

Nosotros tuvimos un amago de crematorio en 2006. Sabemos lo que es

Almeida mantiene descontento con sus proyectos a bastiones de uno y otro lado, desde barrios históricamente obreros como Usera a otros que tradicionalmente han sido feudos del PP, como Montecarmelo.

“El Ayuntamiento notificó en marzo de 2023 que el cantón se iba a construir a la entrada del barrio; al lado de un colegio, un supermercado, restaurantes y oficinas (…) Presentamos una alternativa para que se ubicara en una parcela de al lado en la que ya se habían llevado a cabo proyectos de limpieza (enfrente de Telecinco) y el Consistorio se compromete a buscar una nueva ubicación, siempre consensuada con los vecinos, pero cuando el PP gana la mayoría absoluta retoma el proyecto y decide una ubicación por su cuenta”, relata en una cronología de los hechos.

Esta segunda ubicación, sin embargo “es incluso peor”, ya que se localiza frente a tres centros educativos, detrás del cementerio de Fuencarral; donde el Ayuntamiento choca además con el Gobierno Central por la presencia de una fosa común de 451 brigadistas que el Consistorio, descarta, se ubique en el mismo espacio que el mencionado macrovertedero. “Y en esas estamos ahora, el Ayuntamiento está empecinado en sacarlo adelante”, apunta la asociación vecinal en declaraciones a este periódico, lamentando que el hecho se encuentra en stand by.

Así las cosas, los vecinos intentan mostrarse comprensivos y entienden que es verano, pero no que les hayan dado largas durante meses y que la época estival no impida que salgan adelante otros proyectos a los que se oponen.

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