Este 2023 es una fecha marcada por todos en el calendario, especialmente por los políticos, pues vuelve a haber elecciones de cara a renovar el Gobierno Central, los municipales y muchos autonómicos. 

Sobre estos últimos, cada región y cada líder tiene su baluarte, pero también su talón de Aquiles. Así las cosas, y aunque todos intentan llegar al mayor número de puntos posibles de su programa electoral -al menos en campaña- siempre hay un bastión con el que intentan hacerse fuerte. 

Un discurso en declive

Lo expuesto se dio una manera muy clara en la Comunidad de Madrid donde la última vez que los ciudadanos acudieron a las urnas, el resultado concluyó con la mayoría absoluta de Isabel Díaz Ayuso y, entre otros hitos históricos, el abandono de sus funciones por parte del que fuera secretario general de Unidas Podemos, Pablo Iglesias

Por aquel entonces, a la líder regional le bastaron tres palabras y mucho carisma para hacer fuerte su discurso de Comunismo o libertad. Todo ello resultó factible, sin duda, en un contexto muy diferente al actual, ya que la pandemia del coronavirus -todavía en un punto bastante álgido- estaba suponiendo enormes pérdidas a muchos negocios, siendo la hostelería uno de los que más se contagiaron de ese escenario. 

La después líder popular, centrada entonces en confrontar directamente con las medidas del Gobierno Central optó por la política aperturista cuando muchos expertos coincidían en que no era el momento y cuando la situación se antojaba aún delicada. 

En cualquier caso, es el modus operandi al que la representante regional tiene acostumbrados a los madrileños y a los españoles, ya que la lista de choques con el Gobierno de coalición y, en especial, con Pedro Sánchez, es inmensa y ha encontrado a lo largo del 2022 una de sus máximas expresiones en el decreto aprobado por Moncloa en consonancia con Europa para apagar escaparates y otros puntos de las ciudades en solidaridad con Ucrania que Ayuso llevó a los tribunales.

Otro de los aspectos que han tomado esta dirección es más reciente y tiene que ver con el bono transporto que en un principio el PP de Madrid se negaba a abaratar en contra de lo que pedía el Ejecutivo nacional, mientras que finalmente estará en Madrid al 60% a partir de febrero después de que, contra lo que Ayuso misma defendía, ésta vaya a sumar sus competencias a las de Sánchez. 

Con todo, hay un aspecto que de un tiempo a acá está haciendo especial daño a la responsable de Sol: la Sanidad. La responsable de la Comunidad ha tenido que hacer frente a tres huelgas indefinidas de los médicos en 2022. El futuro de la última se verá a partir del 11 de enero, cuando las partes -Consejería y sindicatos- se reunirán con algunos puntos en común después de un mes de parón. No obstante, las urgencias extrahospitalarias hicieron lo propio días antes, de hecho hubo un intervalo de tiempo en el que ambas huelgas se juntaron. 

Los sindicatos, implacables con Ayuso

Las dos últimas huelgas han tenido una gran repercusión mediática el año pasado, pues cada una dejó una imagen para la Historia y sin precedentes para la Comunidad. La de los profesionales de los después llamados Puntos de Atención Continuada (PAC) pintó en la retina de los ciudadanos el lienzo de una capital luchadora, reuniendo a más de medio millón de personas (670.000 según los organizadores) que llenaron las calles madrileñas por cuatro costados. De la última tampoco ha pasado desapercibida la fotografía de los diez -luego nueve- responsables del Comité que pasaron 36 horas en la sede del departamento de Ruiz Escudero

Ángela Hernández, secretaria general de AMYTS defiende en declaraciones a ElPlural.com que ellos siempre se plantean las relaciones con los diferentes presidentes autonómicos "desde un punto de vista positivo y constructivo", pero que esto "no ha resultado demasiado fácil" con el responsable de Salud madrileño. 

La también cirujana reconoce que el miembro del equipo de Ayuso "tiene unas formas impecables desde el punto de vista de la educación", pero que "toca muy poco el terreno". "La prueba está en que en la última huelga no ha acudido a ninguna de las reuniones", recuerda. Lo mismo lamenta de la presidenta, quien "está más en hacer oposición al Gobierno y en sus aspiraciones que en interesarse por la situación".

Bajo la premisa de tratar de alcanzar acuerdos siempre a través el diálogo, la línea de actuación, sostiene, no va a ser otra, aunque no descarta la puesta nuevamente en marcha de otros derroteros si no llega el tan ansiado acuerdo. "Tenemos que ir viendo. Estamos esperanzados con la reunión que tenemos próximamente y en función de lo que pase, veremos si mantenemos la huelga o se puede plantear una salida", expone. "En cualquier caso, seguiremos muy vigilantes para que se produzca un cambio de timón y que la Atención Primaria no desaparezca".

2023, año decisivo en clave electoral 

Si a lo aquí expuesto se le suman las constantes descalificaciones de la presidenta con los sanitarios del pasado año y la gestión sobre las residencias de mayores, las primeras páginas de este 2023 se antojan cuanto menos importantes en términos políticos.

Pese a ello, habrá que esperar a la mitad de libro para ver si culmina la remontada que algunas encuestas vaticinan y que pasa por una coalición de izquierdas o si, por el contrario, Ayuso vuelve a ser elegida y la situación de los trabajadores de la Salud y un descontento -que parece generalizado por parte de los madrileños- no le pasa tanta factura