La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, no tiene ninguna intención de realizar políticas públicas que intervengan el mercado y, en consecuencia, mejoren la vida de la clase trabajadora. La baronesa del Partido Popular (PP) renuncia a los recursos públicos pues no tiene intención de preservar los servicios que con ellos se sostienen, dejando espacio a un populismo fiscal fácil de vender y consistente en bajadas de impuestos que se venden como generalizadas y, en la práctica, solo benefician a las rentas altas.

La líder regional ha anunciado este lunes una nueva rebaja fiscal que eleva la bonificación del Impuesto de Sucesiones y Donaciones entre hermanos, tíos y sobrinos del 25% al 50%. La propia Comunidad de Madrid no oculta quienes serán los verdaderos beneficiados al plantear dos ejemplos que ilustren la medida: en uno el fallecido contaba con una vivienda de 200.000 euros y 100.000 euros en ahorros; en el otro, una vivienda de 250.000 euros y otros 100.000 euros ahorrados. Lo normal entre los madrileños cuando pierden a un tío, sobrino o hermano.

“Esta medida consolida la política fiscal de mi Gobierno, que considera que este impuesto es injusto y anacrónico y que ya han eliminado muchos países de la Unión Europea”, ha defendido Ayuso desde el Club Forbes House. Asimismo, se ha defendido preventivamente de las acusaciones de ‘dumping fiscal’ tras una nueva bajada de impuestos pidiendo “respeto para nuestra autonomía fiscal y para la decisión del pueblo de Madrid”. A la par, los conservadores defienden que esta práctica, contraria a la redistribución y equiparación de rentas, es el camino para la crisis de la vivienda.

En sentido contrario, la oposición niega la mayor. “El problema de la vivienda es un problema de precios de compra y de precios de alquiler, no un problema fiscal”, traslada la portavoz de Más Madrid en la Asamblea de Madrid, Manuela Bergerot, a ElPlural.com. Por su parte, y mientras la presidenta del PP anunciaba bajadas de impuestos, la líder progresista ha defendido realizar una modificación de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) para establecer alquileres indefinidos que permitan la estabilidad habitacional a los trabajadores.

La alternativa ayusista, explica a este periódico, son los “parches fiscales” que, además, no servirán para dar respuesta “a un problema de precios sin control”. “Lo que está demostrando es su falta de ganas de cambiar la situación y su resignación a que los precios de la vivienda sigan subiendo hasta que absolutamente nadie pueda comprar o alquilar una vivienda en Madrid”, zanja, consternada ante una región que cada vez más se torna en una selva de falsa meritocracia preparada para los grandes patrimonios.

140 millones de recaudación menos

Este miércoles, el Consejo de Gobierno de Madrid iniciará la tramitación de la nueva rebaja fiscal, que desde Sol prevén que beneficie a 14.000 madrileños y dejen de ingresarse a las cuentas públicas 140 millones a través de este tributo. “Madrid pionera en España en introducir la medida en ambas modalidades del tributo para este grado”, ha presumido el Ejecutivo de Ayuso.

Más de allá de la subida del 25% al 50% de la bonificación para las operaciones entre hermanos y entre tíos y sobrinos por consanguinidad (Grupo III de parentesco), también se dará luz verde a una bonificación del 100% en el caso de las donaciones entre particulares que sean inferiores a 1.000 euros, eliminando la obligación de presentar autoliquidación por debajo de esa cuantía.

“La Comunidad de Madrid empezó hace ahora 20 años a aprobar rebajas en el impuesto de Sucesiones y Donaciones”, presume el Gobierno madrileño. “Desde entonces el ahorro total para todos los contribuyentes madrileños gracias a estas medidas suman cerca de 55.000 millones de euros”, añaden. Ahorro que beneficia a las rentas más elevadas, aquellas que realmente tributan por sucesiones y donaciones, y siguen en línea con las políticas de Ayuso.

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