La capital gallega es escenario hoy de la reunión de varios presidentes autonómicos de diferente signo político para abordar la crucial materia de la financiación autonómica. La excusa para establecer la diferencia entre los dirigentes regionales que están y aquellos que no se ha buscado y encontrado en la despoblación, aunque bien podría haberse puesto cualquiera otra opción o posibilidad para justificar las ausencias y, como en todos estos casos, algunas más que otras.

El anfitrión, Alberto Núñez Feijóo, si se pregunta a sus colaboradores se presenta ante sus homólogos con los deberes hechos, y con una última tarea acordada en la tarde noche de ayer. Además, lo ha conseguido la Xunta coincidiendo con la negativa del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco a exigir el certificado Covid. Galicia sí lo podrá hacer, y con una incidencia mucho menos elevada.

El Gobierno de Feijóo, no obstante, siempre ha dejado la puerta abierta a su intención de pedir la obligatoriedad de dicho documento para acceder a determinados lugares. Para ello, tal y como ha venido sucediendo durante la pandemia, casi con seguridad contará con el visto bueno jurídico del alto tribunal gallego que si sigue la argumentación anterior, por ejemplo, con los visitantes a enfermos en hospitales, a diferencia del vasco, verá proporcional la medida ante la tendencia de la crisis sanitaria en la última semana.

A esto se une que Xunta y hosteleros cerraron ayer un acuerdo por el cual quienes quieran acceder a estos locales deberán hacerlo con un certificado Covid de vacunación y de recuperación de la enfermedad o prueba negativa.

Según explicaron desde el Ejecutivo regional, el objetivo de esta decisión es “garantizar la seguridad sanitaria” ante la subida de contagios, pero “causando el mínimo perjuicio posible al sector”.

A falta de la autorización del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, el acuerdo entre la Xunta y el sector se refiere a la exigencia del certificado con la previsión se solicitarlo en los restaurantes durante todo su horario de apertura y, en el caso de bares y cafeterías, a partir de las 21.00 horas.

En la reunión con los representantes de hostelería celebrada este lunes tomaron parte el vicepresidente primero del Gobierno, Alfonso Rueda, y el conselleiro de Sanidades, Julio García Comesaña. Precisamente, desde la administración autonómica se aclaró que, con esta exigencia, que no ha dejado de pedirse en el ocio nocturno y albergues de peregrinos, además de los casos citados de visitas a centros hospitalarios, se persigue que el sector “pueda mantener los horarios y la capacidad máxima del 100%” que están vigentes en la actualidad.

En el encuentro también se abordaron otras cuestiones relacionadas con lo anterior, como la cantidad de personas permitidas en mesa, terrazas, en el interior o el exterior de los establecimientos. Así, se abogó por ajustes en el número de sentados por mesa o agrupación de mesas, con un máximo de 8 personas en el interior y 15 en el exterior, lo que supone un ligero descenso (hasta ahora son 10 en el interior y 20 en terraza).

Cabe recordar que esta reunión, prevista desde la semana pasada, sirve para limar asperezas entre ambas partes, puesto que la hostelería ha criticado en repetidas ocasiones algunas decisiones de la Xunta de Galicia. Sin ir más lejos, al propio presidente gallego le han llegado a acusar de improvisar e, incluso, le reclamaron que tomara ejemplo de su homóloga madrileña, Isabel Díaz Ayuso