El candidato del Partido Popular a la presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, como hacía cuando su aspiración era la Xunta de Galicia, inició la campaña que, según sus cálculos y tal y como se encarga de vender junto a sus escuderos mediáticos, le llevará a la Moncloa en Os Peares. Esta aldea de Ourense, cuya presencia en su infancia, según algunos de sus vecinos, fue testimonial, es su talismán, de ahí que no haya querido modificar un hecho convertido en costumbre cada cuatro años.

Sin embargo, a pesar de que las encuestas parecen dar por segura su victoria, su legado en Os Peares y el resto de la región gallega no pasa por su mejor momento, como lo demuestra el informe del Consello Económico y Social en relación con la economía, o las críticas que recibe por esa herencia -continuada por su sucesor Alfonso Rueda- por el caos que vive desde hace años la sanidad pública gallega.

Desde el fin de la pandemia, las debilidades de la sanidad en la Comunidad Autónoma salieron a la luz, quizás con más virulencia que en otras zonas del Estado.

En este tiempo, con ceses y cambios de conselleiros y altos cargos del ramo, se ha acusado a la Xunta de improvisar medidas cuando no de poner en marcha ocurrencias.

En este marco, una de las propuestas más controvertidas es la ruptura del complemento de dedicación exclusiva para el personal médico del Servizo Galego de Saúde, Sergas.

A pesar de que la medida fue aplaudida por algunos sindicatos médicos, desde la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública gallega lo consideró una aberración.

En las últimas horas, la diputada del Bloque Nacionalista Galego, Montse Prado, exigió a la Consellería de Sanidade que dirige Julio García Comesaña que mantega el complemento de dedicación exclusiva. Asimismo, acusó al Gobierno del PP de "poner el máximo empeño en trabajar como comercial de la privada en lugar de hacerlo en la mejora de la asistencia sanitaria a los gallegos".

Más privatizaciones

En una interpelación a la directoral general de RRHH del Sergas, Ana María Comesaña, Prado denunció que esta eliminación no es más que una nueva “cesión a la presión de la patronal” que, a su juicio, “lleva tiempo advirtiendo que tiene dificultades para contratar profesionales".

Una vez más, pulula alrededor del sistema gallego de salud la amenaza de más privativaciones, tal y como indicó la parlamentaria nacionalista, al asegurar que persiguen es “solucionar el déficit de médicos en la sanidad privada y mejorar los ingresos de algunos médicos".

Según sus palabras, la conclusión es que se trata de otro paso más para “favorecer la privatización de la sanidad”. Es otro etapa que sigue la misma dirección y objetivo que "las listas de espera indecentes, la desatención que hacen que se acuda a la privada quien puede pagar, la derivación de los pacientes o la privatización de servicios esenciales".

Los nacionalistas argumentaron, igualmente, que se trata de un “riesgo de competecia desleal” el suprimir el citado complemento. Del mismo modo observa el BNG en la operación que con ella el Partido Popular quiere “evitar la ley de incompatibilidades”, que prohíbe a un trabajador de la administración pública recibir dos sueldos del sistema público.

Montse Prado fue contundente al utilizar una comparación para tratar explicar la situación tras esta eliminación. Además de decir que el “pluriempleo” se traducirá en una “merma de la calidad de las atención a los pacientes”, le trasladó a la subdirectora general de Recursos Humanos del Sergas la siguiente pregunta: “¿Alguien puede pensar que se puede trabajar por la mañana en El Corte Inglés y por la tarde en Zara? ¿O en Naturgy y en Endesa al mismo tiempo?” .