El presidente de la Xunta de Galicia ha vuelto esta semana a aprovechar sus comparecencias para arremeter contra el Gobierno central a propósito de las medidas que se adoptan frente a la pandemia. Una vez más, Alberto Núñez Feijóo ha realizado afirmaciones acerca, por ejemplo, de los toques de queda, contradiciendo lo dicho por él mismo hace tan solo unas semanas, o sin agotar las propias opciones de las que, desde las competencias que le corresponden, dispone.

Los partidos de la oposición le acusaron tras la desescalada iniciada en junio en los inicios de la segunda ola con los brotes de coronavirus registrados, entre otros lugares, en A Mariña lucense, de “improvisar”.

El milagro en la gestión o la gestión milagrosa que desde su partido y algunos medios se atribuyó a Feijóo parece haber desaparecido en la actualidad. Acumula más de una semana superando el millar de nuevos contagios diarios y acercándose a los 2.000. Hoy ha vuelto a superar el terrible dato con más de 1.800.

Sin embargo, al margen de consideraciones religiosas, una pandemia requiere gestión. De falta de ella acusó en más de una ocasión a Pedro Sánchez el presidente gallego.

Esas peticiones de responsabilidad se le vuelven en contra. El cambio, además, se debe a diferentes factores porque al aumento de los contagios, se suma el tema de las vacunas (con fallos en algunas áreas sanitarias) y la continua intervención por parte de la Xunta de residencias de mayores, entre otros.

Hasta ahora, de esos errores en la gestión, se libraban los grandes centros hospitalarios gallegos. Hoy esa tranquilidad se ha quebrado con la llamada desesperada del personal de enfermería adscrito al Centro Hospitalario Universitario de Ourense, CHUO.

Inician su petición de auxilio preguntándose “¿sabéis cuando se dice que no hay nadie al volante? ¿Qué no hay nadie conduciendo? Pues así estamos en el Servizo de Urxencias do CHUO”.

En un post publicado en Facebook esta misma tarde, los profesionales sanitarios del hospital ourensano denuncian estar “desbordados de pacientes, muchísimos Covid positivos que por orden de nuestro Jefe de Servicio se mezclan con pacientes que están pendientes de confirmación para ingresar. Una vergüenza y un peligro!!!!”.

En alusiones a las polémicas declaraciones realizadas hace meses por la gerente del área sanitaria de Santiago, Eloína Núñez, prima, precisamente del presidente de la Xunta, sobre el origen de los positivos entre el personal sanitario, el personal de enfermería del CHUO continúan diciendo que “para cuando se produzca un brote entre compañeros y usuarios, que no os cuenten que fue cosa del personal que se contagia tomando café. No tenemos tiempo ni de café, ni de mear, siquiera”.

Personal enfermería servicio de urgencias CHUO

“Me voy a corregir”, continúa el escrito. “No es que no haya nadie conduciendo, es que quien nos conduce nos lleva al abismo. No tenemos espacio físico para una atención digna, no hay visos de ampliar ni ese espacio, ni personal (aún tienen la poca vergüenza de decir que estamos personal de más), no escuchan ni una sola de nuestras opiniones, no responden a nuestros correos...”. Acaban con un grito de desesperación concluyendo que los pacientes, son “los principales perjudicados, como si no tuviesen bastante. Esta situación es insostenible”.

El área Sanitaria de Ourense no es la primera vez que está en el centro de la polémica, con su gerente Félix Rubial como gran protagonista. En la actualidad, se mantiene abierta la controversia por lo que desde la Plataforma Gallega en Defensa de la Sanidad Pública ha calificado como purga que se quiere hacer del ginécologo Javier Castrillo, por negarse a trasladar a una parturienta desde Verín a Ourense. Por este motivo, se le ha abierto un procedimiento disciplinario.

Se da la circunstancia de que Castrillo fue uno de los que más se posicionó contra la decisión de la Xunta de cerrar el paritorio del Hospital de Verín. Desde algunos sectores se acusa a Rubial de estar detrás de la supuesta “venganza” contra el médico en forma de posible sanción. De hecho, el expediente se incoa en el área Sanitaria de Vigo, de donde fue gerente el propio Rubial antes de su traslado a Ourense. En la sanidad pública de la ciudad viguesa, también se vio envuelto en varias polémicas.

La situación desesperada que denuncian los profesionales de urgencias del CHUO, según adelantan algunos profesionales y sindicatos y vienen denunciado organizaciones como SOS Sanidade Pública desde hace semanas, a pesar de que desde la Xunta hasta la semana pasada se hablaba de que Galicia resistía mejor y presentaba datos menos negativos que el resto de España, se va a repetir en otros hospitales de la región.

Mientras tanto, la llamada de auxilio de los profesionales de urgencias del CHUO continúa sumando apoyos en las redes sociales.