Desde hace muchos años se considera la Diputación de Ourense como una especie de reino de taifas de la familia Baltar. El patriarca, José Luis Baltar, se llegó a definir a sí mismo como “el cacique bueno”, pero su manera de gestionar la institución provincial siempre ha sido considerada caciquil y poco transparente.

Su salida de la misma fue vista por algunos como el fin de un modelo, el del padre. Sin embargo, el sustituto del progenitor fue su propio hijo, y a la vista del informe que acaba de hacer público el Consello de Contas de Galicia, la gestión llevada a cabo en la Diputación ourensana ha sido, a tenor de lo que señala el informe, muy cuestionable.

Hoy, el secretario general del PSdeG, Gonzalo Caballero, habló de “la gravísima falta de rendición de cuentas, opacidad y la discrecionalidad” del organismo presidido por José Manuel Baltar. Basa sus consideraciones en las contundentes conclusiones del Consello en un informe correspondiente al año 2018 del que dice que la cuenta general de la diputación no pueden ser considerada rendida.

Para el líder de los socialistas gallegos, en dicho análisis hay tres cifras que son “demoledoras”. Por una parte, el 84% de las subvenciones las concede de forma nominal; el 80% de las contrataciones las hace a través de adjudicaciones directas sin publicidad y concurrencia; y el tercer dato se refiere a que el 70% de la contratación se concentró en tan solo cinco adjudicatarias.

Los socialistas apuntan directamente al presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, a quien acusan de mantener “la dedocracia, el caciquismo y la opacidad de Baltar” en la administración provincial ourensana, la única de las cuatro gallegas que se encuentra en esta situación.

Según señaló este martes, “Feijóo es el culpable de mantener a la dinastía Baltar en el palacio provincial, que sigue con los mismos métodos de caciquismo y reparto discrecional de fondos propio del siglo XIX sin rendir cuentas”.

Se da la circunstancia de que el mantenimiento de Baltar al frente de la Diputación de Ourense ha estado en el aire en los últimos meses por la correlación de fuerzas y los pactos postelectorales que mantienen al polémico alcalde ourensano, Gonzalo Pérez Jácome, con el bastón de mando en la capital. A cambio, la saga Baltar, el hijo del 'cacique bueno' se mantiene en la Diputación.

Sobre el presidente provincial, Gonzalo Caballeró concluyó que "hablar de rendición de cuentas y de transparencia en la Diputación de Ourense es imposible, porque Baltar opta por la dedocracia, por el reparto discrecional de fondos públicos y por la discriminación a concellos y empresas".