En campaña electoral todo, o casi todo, vale. El problema llega cuando a esa barra libre de lanzar cifras al aire con un claro tinte electoral se contrapone a los fríos y, a veces, duros números reales. En ese instante se pierde toda la supuesta credibilidad.

Estas dos últimas semanas se ha vivido esto en el Congreso y el Senado. A ambas cámaras llevó el PP la campaña gallega. Para ello, debieron pensar los estrategas de Casado, nada mejor que centrar las críticas al Gobierno central con un asunto muy recurrente y grave por su repercusión en Galicia y la Mariña lucense: la crisis de Alcoa.

En días diferentes, un diputado y un senador ‘populares’ de Galicia interpelaron a una de las dos representantes también gallegas en el Ejecutivo de Pedro Sánchez, a la titular de Trabajo, Yolanda Díaz. Las preguntas de marcado cariz electoralista fueron respondidas de forma contundente por la ministra, sirviéndose de esos fríos números. Sus respuestas, por su claridad y por hablar de “mi país, Galicia”, enseguida se convirtieron en virales.

A lo largo de estos días, y al margen de viajes en solitario y por separado de Pablo Casado y Teodoro García Egea, sin presencia del candidato, Alberto Núñez Feijóo, desde el PPdeG se afanan en repetir y llenar de elogios toda la gestión de 11 años del aspirante a la reelección.

Dentro de la lógica electoral propia de cualquier estrategia de campaña, ahora mismo los mensajes van en la dirección de ensalzar su buena gestión de las competencias autonómicas en este período al frente de la Xunta. Para ello, nada mejor, debieron pensar en el PPdeG, que echar mano de los datos del paro correspondientes a junio.

El paro en Galicia, menos

Así lo hizo ayer mismo, apenas dos horas después de que se hiciesen públicos, el secretario general del PPdeG, Miguel Tellado. Como era de esperar no pudo reprimir el elogio. A juicio de su partido en Galicia, según recogía un comunicado, la “estabilidad” que se vive se refleja en los “buenos resultados en materia de empleo”. El propio Tellado fue más allá y, aunque se registró un aumento anual en la región, indicó que “el desempleo se mantiene en cifras inferiores al año 2009”, es decir, cuando Núñez Feijoo llegó por vez primera a la presidencia de la Xunta.

No obstante, las cifras ponen en entredicho la afirmación. En ese año, en el primer trimestre, había en Galicia según los datos del INE cerca de 161.000 personas desempleadas (tasa de paro del 12,09%). Las elecciones que encumbraron por vez primera a Feijóo se celebraron el 1 de marzo de 2009. Dando un margen de gestión a su nuevo Gobierno, a finales de ese primer año como presidente de la Xunta, la cifra se situó en 167.600 parados (tasa del 12'79%). Por lo tanto, el dato mencionado por Tellado no coincide con los publicados por el Instituto Nacional de Estadística y otros organismos o entidades.

Teniendo en cuenta esto, lo siguiente que menciona el secretario general del PPdeG no se corresponde con la realidad. Asevera que, tras once años de Núñez Feijóo al frente de Galicia, el desempleo afecta a un número inferior (26.000 menos) de gallegos. Sin embargo, mientras que a finales de 2009 la cifra de desempleados era de 167.600 personas, ahora mismo se sitúa en casi 185.000, es decir, todo lo contrario a lo que señala el PP en su nota.

Hay un factor determinante a la hora analizar estas cifras: la pandemia. Por ello, si se tiene en cuenta solo el primer trimestre de este año, es decir, antes del coronavirus, se puede observar que la EPA marcaba 157.000 parados aproximadamente. Aquí sí que era inferior a la de 2009 (161.000 atribuidos todavía al bipartido PSdeG-BNG y 167.000 a finales de ese ejercicio con Feijóo). De nuevo es preciso tener en consideración dos factores cruciales. Por una parte, que en este tiempo de 11 años Galicia ha perdido casi 100.000 habitantes (el año pasado, gracias a la población extranjera, recuperó 700 tras una década de caída); por otra, que la población activa ha pasado de 1.309.000 personas del cuatro trimestre de 2009, a 1.239.000 del primero de este año (70.000 menos).

La confianza, por los suelos

A estos datos se pueden sumar los relativos a las previsiones y perspectivas de los hogares gallegos (Enquisa Conxuntural a Fogares) que acaba de publicar el Instituto Galego de Estatística.

A pesar de que desde la Xunta de Galicia, el PPdeG y los medios próximos al candidato ‘popular’ se dibuje con optimismo el presente y el futuro, lo cierto es que en los hogares parece que la visión es otra.

Así, según la encuesta publicada este jueves relativa al segundo trimestre de 2020, el Índice de Confianza del Consumidor cae un 54,19%, sin duda arrastrado por la crisis sanitaria. Sin embargo, lo que debería preocupar a los dirigentes del PP es que en el primer trimestre de este año, es decir, sin coronavirus, dicho índice (-22,39%) ya era el más bajo desde 2016.

La cifra, sin ser definitiva a la hora de acudir a votar o pedir el respaldo de los gallegos por parte de los candidatos, sí que puede influir, sobre todo con un período de más de una década de gobierno ‘popular’. El citado índice incluye una serie de parámetros referidos a cuestiones que inciden de forma directa en los hogares, y en todos los casos el resultado es negativo.

Lo llamativo es que, si bien el factor de la pandemia es significativo, casi todos los elementos vienen de un primer trimestre de este ejercicio con cifras en rojo que superan la serie histórica que mantiene el Instituto. Es el caso de las perspectivas de evolución de la situación financiera de Galicia. En los hogares de esta región no había mucha confianza a principios de año (-26,27%) y menos ahora, puesto que llega hasta el 75,20% negativo. Lo mismo sucede con la esperanza de los gallegos con el desempleo y su solución, que ha pasado del -32,11% en el período de enero-marzo al -83,26% del segundo trimestre.

Gestión sanitaria

Llegar a las alabanzas es fácil. La pandemia y los datos menos malos que en el resto de España son suficientes para hablar de la bonanzas del sistema sanitario gallego. Sin embargo, no todo el mundo está de acuerdo con esos elogios que, en esta materia, se han dedicado al candidato del PPdeG.

El resto de partidos los rechazan presentando datos que parecen extraídos de un país distinto al de las maravillas que describen los seguidores del presidente gallego en funciones. También están las organizaciones sindicales, que meses antes de la pandemia ya se manifestaban y concentraban contra las privatizaciones, la precariedad laboral y la escasez de recursos.

Desde la Xunta y el partido del aspirante a mantener la presidencia, sabiendo que es uno de sus puntos débiles, repiten una y otra vez el mantra las inversiones realizadas en materia de sanidad. El truco, según algunos representantes de agentes sociales y plataformas en defensa de la sanidad pública, se encuentra en las ‘externalizaciones’, los conciertos con centros privados y la gestión mixta. El paradigma de esta última es el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo.