Un estudio de UGT-Galicia, basado en un informe del Instituto Gallego de Estadística (IGE), ha establecido que en estos últimos años, a pesar del crecimiento económico que se registra en Galicia (en términos de Producto Interior Bruto lleva cinco años de crecimiento) la población trabajadora no está participando en esta mejora y continúa en el furgón de cola de la recuperación de un mercado laboral precario e inestable y mal remunerado. Así como con un absurdo flujo de entradas y salidas del empleo, con cifras estratosféricas de altas en la Seguridad Social que luego no se consolidan.

Todo esto, han asegurado desde el sindicato, ha consolidado un modelo de crecimiento injusto del que un porcentaje alto de la población está excluida. Desde la formación se han remitido a las estadísticas del IGE, que han indicado que la población asalariada gallega ha perdido 256,22 millones de euros en una década, concretamente desde 2008 hasta 2018. Por el contrario, el empresariado de la Comunidad ha ganado 4.348 millones de euros, en el mismo período. Lo que supone una disminución en términos relativos del 0,9% y del 16;9%, respectivamente.

En una aproximación al reparto de la riqueza con la desagregación del PIB en términos de renta refleja que, si en el 2008 los empleados percibieron el 46,9% de la renta en el reparto de la riqueza y el empresariado el 45%, diez años después, la situación ha dado un vuelco y la misma población ha pasado a percibir el 42,4%, frente al 47,9% del empresariado.

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Resulta evidente, han valorado desde UGT, que “quienes fueron y continúan siendo los que costean una crisis que no han generado son los trabajadores y sus familias”. El reparto del PIB ha empeorado para los salarios y, por el contrario, la ganancia del excedente y de las rentas mixtas en relación con el PIB ha sido considerable. “Se produce un claro reparto desigual del que salen ganando las rentas empresariales”, han expuesto desde la Unión General de Trabajadores.

Para terminar, han evidenciado, que una de las causas de esta realidad es un mercado laboral de baja calidad, precarizado, así como inestable, que no permite la consolidación de ingresos dignos. Asimismo, todo esto ha sido agravado por las reformas laborales impuestas, sobre todo la de 2012, que el sindicato urge que se derogue, si se quiere retomar la senda del crecimiento para todos.

En estos momentos, han destacado, se está produciendo un flujo de entrada y salida del empleo de las personas asalariadas en Galicia. Para conseguir un nuevo afiliado a la Seguridad Social, teniendo en cuenta una población en edad laboral que en casi diez años ha caído en 34.600 personas, son necesarios 183 movimientos en la Seguridad Social. En concreto, entre 2014 y 2018 la Seguridad Social registró en la Comunidad 7.341.234 altas en los diferentes regímenes del sistema. Sin embargo, esta cifra queda completamente desvirtuada con las 7.252.811 bajas en el mismo período. Es decir, de los 14.594.045 movimientos que se produjeron son necesarios 183 para consolidar un afiliado. Lo que demuestra, han concluido desde UGT, que la “irracionalidad del modelo de relaciones laborales que impera en Galicia conduce a un sistema injusto, precario e inestable, donde los trabajadores pierden progresivamente peso en el reparto del PIB y, por lo tanto, protagonismo en el crecimiento económico y en la supuesta mejora del país”.