Si el acoso, la intimidación o las amenazas en los Social Media son complicadas para cualquiera, lo peor llega cuando se trata de profesionales de la información que se ven abocados a una situación de vulnerabilidad mediante campañas que les desacreditan profesional y personalmente.

La ONG Reporteros Sin Fronteras ha denunciado pública y sistemáticamente el amedrentamiento y los insultos a los que se ven sometidos informadores nacionales e internacionales que hacen la cobertura de la situación en Cataluña, con el objetivo de restringir el derecho a la información, lo que supone en si mismo, un atentado contra la democracia. Además la organización, también ha expresado su condena a las agresiones sufridas por los reporteros durante el referéndum del 1-O.

Recientemente Jordi Evole fue objetivo de una campaña de acoso en Twitter por la plataforma ‘Súmate’, con motivo de dos artículos publicados en El Periódico de Catalunya.

Otro de los trabajadores del gremio que ha sido atacado con especial dureza ha sido Enric Hernández, llegando incluso a recibir amenazas de muerte, por el artículo publicado en el periódico que dirige sobre alerta de la CIA ante un posible atentado en la Rambla.

RSF también se hizo eco del linchamiento contra el periodista de El País, Cristian Segura, por la noticia exclusiva que publicó sobre la conferencias que había impartido el diputado de Junts Pel Si, Lluís Llach, en las que advertía que los funcionarios que no cumpliesen con la nueva legalidad catalana, una vez que se aprobase la Ley de Transitoriedad Jurídica, serían castigados.  

Viejas formas con los mismos propósitos
Francesc Baiges Planas, conocido como Siscu Baiges, es uno de los periodistas que inició la información de investigación y denuncia en Cataluña coescribiendo libros como ‘Banca Catalana, más que una banca, más que una crisis’ (1985), junto a Enric González y Jaume Reixach; o ‘Por contarlo que no quede’ (1986), además de ‘Jordi Pujol, historia de una obsesión (1991). Tras las publicaciones, Siscu fue represaliado perdiendo su puesto de trabajo en Com Radio, dependiente de la Diputación de Barcelona, cuando PP y CIU se hicieron con la institución pública. A día de hoy, narra Baiges “sigo siendo machacado en Redes Sociales cada vez que cuelgo una información que disgusta al movimiento independentista”. De hecho, como profesor de periodismo de la UAB, Francesc explica a sus alumnos que “hay dos ámbitos en nuestra profesión: uno ganar dinero para poder vivir y otro la auto exigencia profesional”. En su opinión, asevera el periodista: “a veces es preferible trabajar en otra cosa, que hacer cosas que no te gustan y renunciar a tus principios profesionales”.

Jaume Reixach, se define como “crítico, porque si no lo eres, no eres periodista”, afirma. Relata Reixach que desde el año 1980, con Pujol como presidente de la Generalitat, se dedicó a seguir los acontecimientos del nuevo gobierno y “desde muy pronto, en el año 1981 aproximadamente, detecté que ocurrían cosas raras, corruptas y mafiosas”, ya que según narra el periodista “el ex presidente tenía un especial interés en controlar los medios de comunicación, creando una serie de préstamos sin retorno hacia los principales medios de comunicación de Cataluña”.

En aquella época continúa Jaume, colaboraba en la revista ‘El Mon’ y “publicaba junto con Siscu Baiges, algunas corruptelas”. Luego continuó trabajando en periódicos siguiendo una máxima profesional “en donde me censuraban, me iba”, categoriza Reixach. De esta forma, llegó a la conclusión que si quería ejercer su profesión con libertad, tenía que montarse su propio medio de comunicación y así nació en 1990, hasta hoy ‘El Triangle’. Medio que sin contar sin ningún tipo de subvención, ha destapado numerosos casos de corrupción, a pesar que desde el gobierno están condenados a la marginalidad. Desde los medios catalanes, “estamos totalmente silenciados y vetados por los medios públicos catalanes”, denuncia el periodista. Es más, añade, “lo único que hemos recibido a cambio son querellas y amenazas personales por parte de la extrema derecha, hasta el punto de tener protección policial”. Así mismo, expresa el informador “la situación que vive ahora la profesión no es nueva, ya que esta gentuza ha intentado destrozarla, pensando que teníamos que ser soldados a sus órdenes”.

Para terminar Jaume Reixach, recomienda a las personas que empiezan en el periodismo que “intenten ser coherentes, consecuentes y siempre críticos, ya que con las nuevas tecnologías es mucho accesible tener un medio de comunicación”.