Jordi Évole reivindica el papel del periodista, que no debe temer a las críticas, en un nuevo artículo en El Periódico de Catalunya, después de convertirse en diana de una campaña de acoso de sectores independentistas a raíz de dos artículos suyos anteriores y después de que ese diario destapara que la Generalitat y el Mayor de los Mossos mintieron al negar el aviso de la CIA sobre un posible atentado en La Rambla de Barcelona.

El periodista reivindica el derecho de esta profesión a obviar las críticas. “Tenemos que hacer nuestro camino sin estar mirando a la gradas”, lo mismo que los futbolistas en un estadio de fútbol, a pesar de que “vayamos a linchamiento diario”. 

El esperpento de unos y otros
En su artículo, publicado este domingo, Évole califica de “esperpento” lo ocurrido en el Parlament, el pasado 6 de septiembre, en la votación de la ley del referéndum. Según el periodista, lo ocurrido allí “fue el funeral de una forma de hacer política”.

Évole reparte sus críticas entre los diputados a favor del referéndum y los opositores:“Unos alargando la sesión para que quedasen claras las triquiñuelas de los 'indepes' para aprobar sus leyes. Y los 'indepes' deseando pasar esa eliminatoria, porque lo importante es llegar a la final, aunque en 'semis' marques el gol con la mano y en fuera de juego. Saben muy bien que si ganan la Champions nadie recordará cómo llegaron a la final. Y que para jugadas poco reglamentarias, las del Tribunal Constitucional”, escribe el colaborador habitual de El Periódico de Catalunya.

En medio de la crispación
“El abandono de los diputados antes de votar, buscando la foto del hemiciclo medio vacío. La teatral colocación de banderas españolas y catalanas en sus escaños por parte de los del PP. Y la posterior retirada de las españolas por parte de una diputada de CSQEP. Entendiendo su reivindicación republicana, digo yo: ¿que no se habían retratado suficiente los populares con su acción?, ¿qué se hubiese dicho si la bandera retirada hubiese sido la catalana? Qué buena oportunidad perdieron las diputadas de la CUP de coger las banderas que les entregaron y devolverlas a su sitio. Le hubiesen roto la cintura a todo el mundo. Y su gesto hubiese sido lo más antisistema de los últimos tiempos, porque lo que más le interesaba al sistema era que alguien retirase las banderas españolas”, añade Évole en su columa de opinión .

“En medio de tanta crispación, dos noticias: la Academia de Cine selecciona la peli catalana 'Estiu 1993' para los Oscar. Y los Manel triunfan en un concierto multitudinario en Madrid con el público tarareando sus canciones en catalán. Tengo tan pocas ganas de independizarme de esa España, como de independizarme de cierta Catalunya. Y viceversa”, concluye Évole su artículo en El Periódico de Catalunya.