El presidente del Partido Popular de Castilla-La Mancha, Paco Núñez, ha aprovechado el inicio del curso escolar para cargar contra el Gobierno regional, asegurando que en la comunidad autónoma existen “colegios apuntalados” y “sin las condiciones adecuadas” para acoger a los alumnos. Desde Albacete, Núñez ha acusado a la Junta de dejar “en manos de los ayuntamientos una responsabilidad que no les corresponde”, exigiendo un plan urgente de infraestructuras educativas y una estrategia de modernización que, en su opinión, debería situar a la educación pública de Castilla-La Mancha en el lugar que merece.

El discurso de Núñez, sin embargo, se desploma frente a la realidad de la gestión de muchos ayuntamientos gobernados por el PP, que en los últimos meses han renunciado de forma deliberada a solicitar las ayudas regionales destinadas precisamente a mejorar las infraestructuras educativas.

Unas subvenciones que, con una inversión global de 50 millones de euros, permitían financiar hasta el 85% del coste de la climatización en colegios para proteger a alumnado y profesorado de las temperaturas extremas que cada vez son más habituales en mayo, junio o septiembre, con jornadas que superan los 38 grados.

En Toledo, el alcalde popular Carlos Velázquez optó por solicitar ayudas solo para un colegio, dejando al resto de centros de la capital fuera de la convocatoria. La ciudad apenas recibirá 69.924 euros para el CEIP Alfonso VI, con una aportación municipal mínima, lo que deja a la inmensa mayoría de escolares de Toledo sin solución al calor sofocante de las aulas. Una decisión que desde el PSOE local se ha denunciado como un acto de “desidia” que condena a miles de alumnos y docentes a seguir sufriendo condiciones inaceptables.

La situación en Talavera de la Reina ha sido aún más grave. Allí, el consistorio gobernado por el PP dejó perder 1,3 millones de euros en ayudas de la Junta por no presentar la documentación requerida en tiempo y forma. Esa negligencia política ha impedido la climatización de seis colegios, pese a que la financiación estaba garantizada. El delegado de la Junta lo calificó de “decisión política” que pone por delante las disputas partidistas al bienestar de los menores.

En Almadén (Ciudad Real), otro municipio con gobierno del PP, directamente ni se pidió la subvención, por lo que los colegios continuarán sin aparatos de climatización, pese a las temperaturas extremas que sufre la comarca. Ejemplos que se repiten en distintos puntos de Castilla-La Mancha y que contrastan con las palabras de Núñez.

Éstos son sólo algunos pocos de los ejemplos, aunque diversos ayuntamientos de Castilla-La Mancha gobernados por el Partido Popular han seguido esta doctrina que, a juzgar por la similitud en la manera de proceder, parece que solo siguen órdenes de Núñez y su entorno

Un plan de 50 millones que llegará a más de 600 centros

En una región donde los termómetros superan habitualmente los 30 grados durante buena parte del curso, el Gobierno de Castilla-La Mancha lanzó un plan pionero y cofinanciado con fondos europeos, dotado con 50 millones de euros entre 2025 y 2027. El objetivo: climatizar más de 600 centros educativos y beneficiar a 170.000 alumnos y 13.000 docentes de todo el territorio, tanto urbano como rural.

El plan contemplaba subvenciones de 3.500 euros por aula y cantidades específicas para despachos, comedores y salas de uso común, con la condición de que los equipos instalados sean eficientes energéticamente, de modo que los ayuntamientos recuperen hasta el 80% de su aportación mediante el ahorro en consumo.

Con esta estrategia, la Junta no solo garantiza condiciones dignas de estudio y enseñanza, sino que además refuerza su compromiso frente al cambio climático y se sitúa como una de las primeras comunidades en abordar el problema de las aulas sobrecalentadas de manera integral y sostenible.

Mientras Núñez alerta de colegios “apuntalados”, son precisamente los ayuntamientos gobernados por su partido los que han dado la espalda a este plan, dejando sin climatización a decenas de centros que podrían haberse beneficiado de una inversión histórica.