El presidente del Partido Popular de Castilla-La Mancha, Paco Núñez, ha vuelto a cargar este viernes contra el Gobierno regional acusando al PSOE de ser responsable de que, tras cuatro décadas de gobiernos socialistas, "los agricultores no tengan agua". Lo ha hecho durante la inauguración de la LI Feria Internacional del Ajo de Las Pedroñeras, donde ha exhibido su apoyo al sector agrario reclamando más infraestructuras, menos burocracia y el cumplimiento del Pacto Regional por el Agua.
Sin embargo, este nuevo ataque del PP castellanomanchego ha llegado tan solo unas horas después de que el Gobierno de Emiliano García-Page celebrara la reunión de la la Mesa del Agua en la que exigía más desalación al Levante y el "cumplimiento estricto" de las nuevas reglas del Trasvase Tajo-Segura.
Y lo ha hecho, además, tan solo dos meses después de que su propio partido votara en contra de los intereses del río Tajo en el Congreso de los Diputados, negándose a blindar el caudal ecológico y a introducir limitaciones efectivas al trasvase Tajo-Segura. Fue en mayo, cuando el Partido Popular se opuso frontalmente a las enmiendas que buscaban poner fin al expolio de la cuenca cedente, una demanda ampliamente compartida por la sociedad castellanomanchega y respaldada por múltiples resoluciones judiciales y técnicas.
Paco Núñez, a favor de los intereses de Murcia y la Comunidad Valenciana
Aquel voto en contra en Madrid dejó sin respaldo parlamentario la reivindicación histórica de Castilla-La Mancha, que exige que no se trasvase ni una sola gota si no están cubiertas antes las necesidades ecológicas, sociales y económicas de la cuenca del Tajo. Muy al contrario, Paco Núñez alineó su posición con los intereses de las regiones receptoras del trasvase, como Murcia o la Comunidad Valenciana, ambas gobernadas por el Partido Popular, ignorando las demandas de las organizaciones agrarias, ecologistas, plataformas ciudadanas e incluso de las propias Cortes de Castilla-La Mancha, que se han pronunciado reiteradamente por la defensa del caudal del Tajo y su sostenibilidad a largo plazo.
Mientras tanto, esta misma semana, el Gobierno de García-Page ha reactivado la Mesa Regional del Agua, exigiendo al Ministerio de Transición Ecológica el cumplimiento estricto de la sentencia del Supremo sobre el Trasvase Tajo-Segura, así como un impulso definitivo a la desalación como alternativa estructural y sostenible a la sobreexplotación de los embalses de cabecera.
El PP, sin embargo, ha optado por desacreditar ese proceso. Paco Núñez ha preferido acusar al Ejecutivo autonómico de "no haber hecho nada" con el Pacto Regional por el Agua, pese a que fue precisamente ese pacto el que permitió construir el consenso institucional y social necesario para presionar al Gobierno central y modificar las reglas de explotación del trasvase, así como establecer nuevos caudales ecológicos en la cuenca del Tajo tras años de abandono legislativo y dejación por parte de los gobiernos de Rajoy y Aznar.
Incoherencia de Núñez
La incoherencia entre lo que exige Núñez en Castilla-La Mancha y lo que vota su partido en Madrid ha reavivado las críticas contra el presidente regional del PP, a quien muchos acusan de actuar como un delegado de Génova más preocupado por no incomodar a la dirección nacional que por defender los intereses hídricos de la región. Una región, además, que ha visto cómo el trasvase ha vaciado sus embalses durante décadas, mientras sus agricultores y municipios han tenido que hacer frente a recortes, restricciones y una planificación hidrológica diseñada a espaldas de la cuenca cedente.
Núñez, no obstante, ha aprovechado su presencia en Las Pedroñeras para insistir en que el campo necesita agua y no más enfrentamientos, aunque el principal bloqueo a esa solución parece estar precisamente en su bancada. Desde el PSOE regional, ya han recordado que el mayor obstáculo para alcanzar un modelo justo y sostenible de gestión hídrica en España no está en Castilla-La Mancha, sino en los escaños del PP en el Congreso de los Diputados. Mientras tanto, el presidente del PP regional sigue denunciando lo que su propio partido vota, al tiempo que rechaza plantar cara a quienes en Madrid siguen apostando por el trasvase como único modelo