La carrera de las diferentes Comunidades Autónomas por ser las más ingeniosas a la hora de impulsar acciones contra la expansión del COVID-19, ha desembocado en ocasiones en iniciativas calificadas, desde diferentes ámbitos y siendo generosos, como curiosas.

Una de las últimas tienen que ver con el hospital que se construye en Madrid y que, una vez esté operativo, se especializará en pandemias. La presidenta de esta región, Isabel Díaz Ayuso, ha pedido en las últimas horas voluntarios para cubrir las plazas sanitarias de dicho centro. La solicitud ha sido ya criticada desde colectivos médicos y sindicatos de enfermería por razones obvias.

En Galicia, en lugar de voluntarios, la Xunta que dirige Alberto Núñez Feijóo ha optado por estudiantes de enfermería para realizar los cribados. Así lo denunciaron en su momento algunas organizaciones sindicales y hoy lo ha corroborado el Bloque Nacionalista Galego a través de una pregunta de su diputada autonómica, Iria Carreira.

En su intervención, la parlamentaria criticó el uso de quienes no han finalizado todavía su formación con la consideración de “personal laboral” y explicó que, mientras los estudiantes podrían estar aprendiendo “cuáles son los cuidados de un tubo endotraqueal o de un catéter de hemodiálisis, están 'picando dedos'”.

Durante su alocución, Carreira cuestionó acerca de la supervisión de esas tareas y “cómo serán compensados” por tareas que conllevan “un importante riesgo en los cribaods de personas asintomáticas y colocan a los estudiantes en la primera línea”.

Según aclaró, estos cribados fueron impulsados por el Gobierno gallego. La idea tuvo como base determinar si se encontraba en los jóvenes el principal foco de contagio y expansión del coronavirus. Curiosamente, como indicó la diputada nacionalista, para los cribados se realizaron “test rápidos de doble banda facilitados desde el propio Sergas (Servizo Galego de Saúde)”, si bien, tanto el material de protección, como el personal (los citados estudiantes de enfermería) y el acondicionamiento de los espacios “corrió a cuenta de las Universidades”.

Iria Carreira añadió que los alumnos que se encargaron de estas pruebas serán compensados con “una convalidación por horas de prácticas”, un criterio académico y formativo que puso en tela de juicio y calificó de “perdido”.

Asimismo, también reconoció que los afectados se consideran "mano de obra barata" de labores de las que se debería encargar personal “titulado que está en casa esperando a ser llamado para trabajar".

Por cierto que la parlamentaria del Bloque aprovechó para criticar la culpabilidad de los contagios que se quiere lanzar sobre los jóvenes estudiantes. Los resultado de los cribados realizados en los campus gallegos arrojan cifras de positivos “irrisorias”. Así, de 11.773 test realizado en Santiago de Compostela, el más importante de toda la región, la positividad llegó al 0,8%. Ante esto, Carreira dijo que quizás convendría dirigir a este colectivo “una disculpa” tras poner “a la opinión pública en su contra”.