‘Ostpolitik’. ‘Política del Este’. Arrumbada hoy al desván del olvido, la expresión alemana tuvo sus años de gloria en la década de los 70 para significar la normalización de relaciones entre las dos Alemanias propiciada por el canciller Willy Brandt, en contraste con la estrategia unilateralmente occidentalista de su antecesor Konrad Adenauer.

Quienes, en el debate electoral a cuatro celebrado el lunes en Canal Sur, quisieron apreciar una estrategia de apaciguamiento de Teresa Rodríguez hacia Susana Díaz veían 48 horas después desmentido su diagnóstico y arruinado su pronóstico.

Un aviso

La coordinadora de Podemos y candidata de Adelante Andalucía se revolvió ayer contra los signos de distensión con el PSOE que la mayoría de observadores creyeron ver en el duelo dialéctico del lunes, donde los enfrentamientos más vistosos fueron protagonizados por los dos representantes del centro derecha, mientras que las recriminaciones de Rodríguez a Díaz pasaron casi desapercibidas por ser bastante contadas y más bien tibias.

¿Pero fueron tibias todas las recriminaciones de Teresa a Susana en el debate televisivo? Todas salvo una. Una que sonó como un aviso. Una que pareció escapar por su cuenta al control emocional que Rodríguez se había impuesto esa noche a sí misma: fue cuando, tras afirmar Díaz que ella no cobraba dietas, la líder morada dejó claro que en absoluto se lo creía, como tampoco se creía que la presidenta tuviera solo “80 euros en la cuenta”, que es la cantidad que incluyó en su declaración oficial de actividades, bienes e intereses.

“Parece su hermana chica”

Como para que no cupieran dudas de que no hay entendimiento ni acercamiento bajo cuerda con el socialismo andaluz,  Teresa Rodríguez soltó ayer en campaña esta frase que bordeaba la delgada línea roja de la injuria: "Hoy sigo oliendo que el cortijo del susanismo apesta". También recalcó, en un acto en Jaén y entre gritos de ¡presidenta, presidenta!, que ella ya no era “la opositora” a Susana Díaz, sino “su alternativa” a ocupar la plaza provisionalmente vacante de San Telmo.

Es más, la candidata de AA desmintió explícitamente a quienes habían interpretado como antesala de un acuerdo tácito con el PSOE el hecho de que no se enfadara demasiado con Díaz durante el debate de Canal Sur.

En el mitin de Jaén, Rodríguez se empleó a fondo más contra la persona de Díaz que contra su partido: aludió a que se la ve “tan contenta que parece más joven en los carteles, parece su hermana chica"; recordó que había “tardado diez años en acabar la carrera” de Derecho; confesó su “rabia por que quienes gobiernan vengan profesionalizados desde los 18 años”; y glosó el susanismo como "una muñeca rusa, esa segunda generación que ha echado los dientes en las sedes del PSOE y que va enganchado un cargo con otro".

“Merece que la echemos”

¿Está Rodríguez abonando el terreno para, llegado el momento, poner la cabeza de Susana Díaz como condición para un acuerdo político con los socialistas tras el 2 de diciembre si, como auguran todas las encuestas, ambos partidos suman una holgada mayoría de izquierdas?

Una información en ese sentido, publicada la semana pasada por un medio digital, fue desmentida con rotundidad pero en privado por la líder de Podemos. Aun así, el número dos de Adelante Andalucía, Antonio Maíllo, deslizó de nuevo ayer esa posibilidad en un mitin cuando, tras calificar de tomadura de pelo el incremento de las pensiones no contributivas en “40 céntimos al mes”, concluyó que "nada más que por eso Susana Díaz merece ser echada del Gobierno de la Junta".

Una disyuntiva delicada

Si las encuestas aciertan, Adelante Andalucía tendrá ante sí una disyuntiva delicada: si no da su voto a Díaz en el proceso de investidura, podría haber muy probablemente repetición de elecciones; y si decide dárselo, tendrá que ser a un precio lo suficientemente alto como hacer olvidar el duro relato –legítimo pero tremendista– tejido durante tres años de implacable oposición.

En este último caso, también deberá decidir en qué momento procesal pasa por ventanilla para –en forma de compromisos programáticos que escuezan– cobrar su voto favorable: antes de la investidura o después de ella.

Equilibristas en campaña

Es cierto que durante el debate televisivo Teresa Rodríguez pareció modular la acritud de sus reproches a Díaz; si lo hizo en demasía, seguramente reparará su descuido en el siguiente debate a cuatro, que tendrá lugar el próximo lunes 26 ante las cámaras de Televisión Española.

En todo caso, Adelante Andalucía está obligada en campaña a practicar un cierto equilibrismo, dado que solo puede ampliar su capital electoral con votos socialistas desencantados y para ello le es tan necesario alejarse del ‘hedor del cortijo’ como salvaguardar la respetabilidad y el olfato de quienes durante tres décadas y media han renovado, elección tras elección, su confianza en los mayorales de la finca.