Es de nacionalidad marroquí, tiene 25 años y estaba pendiente de expulsión. Su nombre es Yasine Kanjaa. Ayer en Algeciras mató a un hombre de Iglesia e hirió a otro, pero pudieron haber sido más. En Estados Unidos se habría llevado por delante a decenas de víctimas porque, en vez de un simple machete, habría tenido un arma semiautomática. Ya está detenido.

La Policía está investigando su historial, su perfil, los motivos de su furia. El caso ha recaído en la Audiencia Nacional porque, en principio, pudiera tratarse de un atentado yihadista, aunque también de un crimen convencional de hechuras igualmente dramáticas y tintes religiosos, pero de mucha menor relevancia que si su autor fuera un ‘lobo solitario’ en busca del mejor momento para dar su zarpazo.

El modo en que se sucedieron los acontecimientos parece sugerir a un homicida ocasional, sin contactos con células islamistas, pero todavía es pronto para saberlo. Por ahora, todo son conjeturas. Todo salvo el asesinato a machetazos del sacristán de la iglesia de La Palma de Algeciras y las heridas de gravedad aunque no mortales sufridas por el párroco de la iglesia de San Isidro.

La detención la llevaba a cabo Policía Local de Algeciras tras recibir la información de que un hombre había irrumpido en una iglesia con un machete y había intentado apuñalar a varias personas. La víctima mortal fue el sacristán David Valencia; el sacerdote herido, Antonio Rodríguez, que declaraba entre lágrimas que la víctima tenía que haber sido él.

Según la información de la Delegación del Gobierno en Andalucía, poco después de las 19.00 horas el hombre vestido con chillaba oscura entraba en la iglesia de San Isidro de Algeciras. El párroco intentó expulsarlo pero, una vez fuera, el agresor se volvió hacia él y lo apuñaló en el cuello, aunque no acabó con su vida. Al parecer, un poco antes, sobre las 18:30, había estado en ese mismo templo y discutido con algunos feligreses ante los que habría defendido airadamente su fe islámica.

Después se dirigió a iglesia de Nuestra Señora de La Palma. Eran sobre las 19:30, con la eucaristía a punto de finalizar. Entre gritos furiosos, accedió hasta el altar y atacó algunas imágenes y objetos de culto con su arma. Apuñaló al sacristán que, herido en el abdomen, inicialmente lograba escapar pero poco después fue alcanzado por el atacante, ya fuera de la iglesia, provocándole heridas mortales. Minutos más tarde era detenido y pasaba a disposición judicial. Al igual que otras instituciones y colectivos, la comunidad musulmana de Algeciras condenó el “salvaje ataque”.

Conjeturas

Por lo que ha trascendido hasta ahora, no parece que las autoridades se enfrenten a un problema de terrorismo islamista organizado. Puede que ni siquiera desorganizado. Podría tratarse simplemente de un hombre con problemas consigo mismo y con el mundo que decidió resolverlos matando cristianos.

Por si acaso, no está demás recordar esta reflexión del historiador israelí Yuval Noah Harari a propósito del terrorismo islamista en Europa: "Los yihadistas no son el problema. Mueren más europeos por un rayo que por terrorismo. Los yihadistas son como un mosquito o una mosca, ellos pueden causar mucho daño en el mundo cuando entran a un elefante en la oreja y el elefante se vuelve loco y empieza a destruir todo lo que hay a su alrededor. Pero por sí mismos, su fuerza es totalmente marginal. Los problemas del mundo no son con los yihadistas. Es la geopolítica, las tensiones entre Occidente con Rusia o China. La importancia de la yihad es psicológica".