Tras una semana de incertidumbre debido a los excesos propagandísticos del portavoz del Gobierno andaluz, Elías Bendodo, que vendió imprudentemente la piel del oso antes de cazarlo, por fin la Consejería de Salud y Familias "ha recibido la autorización de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) al respirador diseñado en la Universidad de Málaga, una vez superados todos los requerimientos necesarios para su homologación de manera satisfactoria", según informa la Junta de Andalucía en su web oficial. 

Tras culminar su proceso de homologación, “se estima que tenga un ritmo de fabricación de unos 50 respiradores a la semana, un proceso en el que participarían empresas de Sevilla, Jaén y Cádiz, además de Málaga, ciudad de donde partió la idea”.

El dispositivo ha superado con éxito distintas pruebas, comprobaciones y certificaciones exigidas por la Agencia del Medicamento antes de autorizar aparatos sanitarios de algo riesgo. Su utilización se reserva para el caso en que no haya suficientes respiradores convencionales.

Las diferentes pruebas desembocaron en un quinto y definitivo modelo de 'Andalucía Respira', que ya se ha convertido en el prototipo de carácter industrial que servirá como guía en la producción de respiradores que pueden ser utilizados en las UCI de los hospitales para hacer frente a la asistencia sanitaria en esta crisis del COVID-19.

El equipo científico

Este prototipo de respirador ha sido ideado por un equipo de profesionales de diferentes ámbitos movidos por el afán de mejorar la situación actual de los pacientes con COVID-19 y colaborar con los profesionales sanitarios. Así, en este equipo participan Ignacio Díaz de Tuesta, cirujano cardiovascular, y Miguel Ángel Prieto, intensivista, ambos del Hospital Regional Universitario de Málaga; y José Luis Guerrero Orriach, anestesista del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga. Este equipo médico ha contado con el asesoramiento de Gonzalo Varela Simó, cirujano torácico y asesor científico del Hospital Universitario de Salamanca.

Para poder trasladar el diseño original de la idea a la ingeniería aplicada a la salud, teniendo en cuenta los parámetros indicados por los profesionales sanitarios, han participado Víctor F. Muñoz, y Carlos Pérez del Pulgar, profesores de Ingeniería de la Universidad de Málaga y responsables de programación del automatismo. Asimismo, han participado la profesora de la UMA María Victoria de la Torre, el intensivista del Hospital Regional de Málaga Emilio Curiel y el veterinario de esta institución, Ricardo González-Carrascosa, así como un buen número de empresas que, de manera solidaria, han contribuido a aportar material para poder producir este prototipo, entre las que se encuentran Veolia, CATS y Dekra.

También participan en el desarrollo de este prototipo el director científico del IBIMA, Francisco J. Tinahones, así como Isabel Guerrero y María Mengual, por parte de la Unidad de Innovación de este instituto de investigación malagueño, Juan Aranda, su director de gestión, Gloria Luque, miembro de la plataforma de ensayos clínicos SCReN, y el gerente de IBIMA, José Miguel Guzmán.