Lunes, 6 de abril. El portavoz de la Junta, Elías Bendodo, comparece en rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno para informar de que solo falta “un último papel, el último permiso” de la Agencia Nacional del Medicamento para empezar a fabricar el respirador ideado por investigadores y médicos de Málaga.

"Pedimos que nos dejen anticiparnos y que el Gobierno central no ponga trabas a la estrategia de Junta, que se anticipa a cada paso", recalcaba el portavoz, que exigía la agilización al máximo de los trámites pendientes porque no había tiempo que perder. La factoría de Fujitsu en Málaga lo tenía todo a punto para iniciar la fabricación de unas 50 unidades a la semana.

Miércoles 8 de abril. Nueva comparecencia del portavoz y consejero de Presidencia. Su tono es aún más perentorio que dos días antes. Aunque la Junta todavía no tiene la autorización de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (Aemps), Bendodo afirma: “No vamos a esperar más, no se puede perder ni un minuto. Hoy ya se están fabricando para usarlos en caso de ser necesarios, mientras esperamos el último documento del Gobierno de España".

¿Cuánto tardaría en llegar ese último papel? “Es cuestión de horas”, dice sin pestañear el consejero. Medios tanto andaluces como nacionales se hacen eco del anuncio del portavoz y lo dan por hecho: “Andalucía ya ha empezado a fabricar sus respiradores”, titulan la mayoría de ellos.

En su página web, la Junta publicaba que el dispositivo había superado con éxito todas las pruebas bajo la supervisión de una empresa certificadora. La última de dichas prueba había testado “el electromagnetismo del equipo, cuestión de especial importancia que incide de manera directa en la seguridad del dispositivo, tanto para el paciente como para la interferencia con el resto de equipamiento sanitario en una unidad de cuidados intensivos”.

Tales pruebas habían dado como resultado “un quinto modelo de 'Andalucía Respira', que ya se ha convertido en un prototipo de carácter industrial que servirá como guía en la producción de respiradores que pueden ser utilizados en las UCI de los hospitales para hacer frente a la asistencia sanitaria en esta crisis del Covid-19”.

Jueves 9 de abril. El diario El País publica a última hora de la tarde en su web una información, firmada por Nacho Sánchez desde Madrid, con este titular: “Sanidad encuentra deficiencias en el respirador promovido por la Junta de Andalucía”. El subtítulo de la noticia decía así: “La administración autonómica ha anunciado su fabricación hasta en tres ocasiones a pesar de carecer de la certificación estatal y de que en las instalaciones de Fujitsu todavía no haya comenzado el trabajo”.

La información del rotativo líder de la prensa española desvelaba que, 12 horas después de recibir el proyecto, el Ministerio de Sanidad había comunicado por correo electrónico a la Junta que el prototipo tenía deficiencias técnicas y clínicas que impedían su autorización. Al tratarse de material sanitario de alto riesgo, el respirador no puede fabricarse ni utilizarse en pacientes mientras no tenga el visto bueno del único organismo que puede darlo y que en nuestro país es la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios.

En principio, los respiradores andaluces se utilizarían en el caso de que no fueran suficientes lo que ya existen en las UCI de los hospitales, circunstancia que todavía no se ha producido.

Un estandarte político

El respirador ha sido diseñado y desarrollado por investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga, profesores de ingeniería de la Universidad de Málaga y médicos de los hospitales universitarios Regional de Málaga y Virgen de la Victoria, con quienes ha colaborado una empresa del Parque Tecnológico de Andalucía, con sede en la capital de la Costa del Sol. 

La Junta ha convertido el bautizado algo pomposamente como ‘Respirador Andalucía’ en bandera política y prueba irrefutable de la “capacidad de anticipación” del Gobierno autonómico en la lucha contra el coronavirus, que estaría teniendo en la comunidad menos incidencia que en otros territorios precisamente porque Andalucía, según Bendodo, “lo está haciendo mejor”.

Las dificultades –hasta donde sabemos, técnicas y no políticas– que el respirador está teniendo para lograr la autorización definitiva sugieren que el portavoz, una vez más, habría vuelto a ser víctima de su pulsión propagandística.

Hace dos semanas, el 26 de marzo, la web oficial de la Junta, que gestiona la Consejería de Presidencia, titulaba así la información sobre el respirador: "Salud y Familias diseña un prototipo de respirador para reforzar la asistencia sanitaria por COVID-19". Sin embargo, el comunicado oficial de la Universidad de Málaga (UMA), publicado en su web, no incluía mención alguna a la supuesta participación de la Consejería de Salud y Familias.