Todavía son minoritarios, en realidad muy minoritarios, pero su voluntad es dejar de serlo en poco tiempo con una gira por las ocho provincias para aglutinar a todos los descontentos con los actuales inquilinos de la calle San Vicente, sede del PSOE andaluz.

No son los primeros dirigentes locales críticos con la actual dirección que lidera Susana Díaz, pero sí los primeros que dan el paso de mostrar públicamente su discrepancia y de intentar articularla en una plataforma cuyo documento fundacional han titulado Hacer+PSOE y que presentaron ayer en una reunión en El Viso del Alcor en la que, según sus promotores, participaron 97 militantes de cuatro agrupaciones, aunque en las fotos difundidas por ellos mismos en Twitter el número parece bastante menor.

'No somos nosotros'

Más allá del número exacto de asistentes al encuentro, las vehementes especulaciones sobre cuántos apoyos reales tienen los exalcaldes Jerónimo Guerrero (El Coronil) y Carmelo Cubero (El Real de la Jara) y el exdiputado provincial Manuel Domínguez, promotores de la plataforma y dimisionarios de sus cargos en la Ejecutiva Provincial, se han visto moderadas este jueves tras conocerse que los sanchistas sevillanos no participan de la operación para desbancar a Verónica Pérez de la dirección del PSOE provincial y a Susana Díaz de la del regional.

El alcalde de Las Cabezas, Francisco José Toajas, también vicepresidente de la Diputación y referente provincial del sanchismo muy cercano al alcalde de Dos Hermanas Francisco Toscano, declaró ayer a Diario de Sevilla que los movimientos de los críticos “no son una iniciativa que provenga de los apoyos conocidos de Pedro Sánchez desde el principio”. Toajas ni siquiera había tenido noticia con antelación del documento Hacer+PSOE.

El alcalde sanchista fue claro al respecto: "No puedo hablar en nombre de nadie, pero sí puedo trasladar con seguridad que [el sanchismo] no ha impulsado ni promovido nada que tenga que ver con estas dimisiones y con lo que hoy vayan a plantear en esta reunión en El Viso".

Horizontes lejanos

El desmarque de Toajas coincide con las informaciones que, citando fuentes de Ferraz, descartan que la dirección federal y Pedro Sánchez estén ahora pensando en el partido o alentando maniobras internas contra Susana Díaz. Su preocupación sería ahora el Gobierno y solo el Gobierno, conscientes de que una pérdida, siquiera mínima, de los problemáticos apoyos parlamentarios con los que cuenta podría ser letal para el Partido Socialista.

El momento congresual está todavía lejos, más probablemente en otoño que en verano, dado que nunca se convocaría sin que el Gobierno tuviera aprobados los Presupuestos Generales del Estado.

Tras el congreso federal vendrían los regionales y provinciales. Llegado el momento, sí es seguro que a Díaz le saldrán competidores en las primarias, pero es pronto para saber cuál será la entidad de los mismos y si contarán con el respaldo de Pedro Sánchez.

En el seno de la dirigencia del PSOE andaluz hay opiniones dispares sobre qué le convendría más a Díaz, si postergar todo lo posible el congreso regional o celebrarlo cuanto antes: para unos, cuanto más tarde mejor porque el partido tendría tiempo de afinar su estrategia de oposición a la Junta y apurar su larga convalecencia por la pérdida del poder; para otros, cuanto antes mejor porque los críticos todavía son pocos, apenas están organizados y Ferraz prefiere no abrir aún el melón orgánico andaluz.

Basta de autocomplacencia

El manifiesto presentado ayer en El Viso apuesta, en todo caso, por un “liderazgo plural, renovado, cooperativo, alejado de la autocomplacencia, comprometido con el mérito y la capacidad, que no culpe a los otros, que sepa interpretar la realidad interna y la de su entorno y que tome posiciones acordes con las señales que envía la ciudadanía, el ecosistema político, el Parlamento y los medios de comunicación".

La mención del manifiesto a la prensa es significativa porque escasez de simpatías mediáticas es, precisamente, uno de los talones de Aquiles de la expresidenta andaluza, cuya imagen pública salió muy deteriorada de la encarnizada batalla interna con Pedro Sánchez y a cuya imagen orgánica le sucedió algo parecido tras perder el PSOE la Junta que había gobernado durante 37 años.

‘No me eches a mí la culpa’

Horas antes de que se difundiera el documento crítico, la secretaria general Susana Díaz se adelantaba con una carta enviada a los militantes en la que hacía un llamamiento a la unidad, el mejor “camino para volver al gobierno de la Junta de Andalucía y abrir un nuevo tiempo de progreso también en nuestra tierra".

Díaz recordaba en su misiva lo que sus críticos parecen negarle: la contribución decisiva de los socialistas andaluces “a las cinco victorias electorales que ha cosechado el partido en 2019”. Justamente uno de los caballos de batalla en la pugna hasta ahora sorda entre oficialistas y críticos en el PSOE andaluz es la atribución de méritos y culpas a Susana Díaz y los suyos en las sucesivas confrontaciones electorales.

Dos discursos y una incógnita

Los críticos –tanto sanchistas de primera y segunda hora como damnificados por la pérdida de la Junta o agraviados por la actual dirección– culpan en exclusiva a Díaz de haber dilapidado en 2018 el poder que heredó de sus mayores, al tiempo que se resisten a reconocerle su contribución en 2019 a las victorias del partido.

A su vez, Díaz reivindica su legitimidad y su derecho a un último intento de recuperar la Junta porque la pérdida de la misma habría sido un accidente, funesto pero excepcional, del que los socialistas andaluces pueden sobreponerse si permanecen unidos en torno a su liderazgo.

Los sanchistas andaluces, desde luego, no opinan lo que San Vicente. De hecho, hasta hace unos meses –en concreto hasta mayo de 2019 en que firmó la tregua con Díaz–, Sánchez coincidía con ellos en su inquina a la líder socialista. ¿Ha cambiado Pedro de opinión? No sería la primera vez pero, si lo hubiera hecho, tampoco tendría por qué ser la última.