Momentos delicados para Juanma Moreno Bonilla. El presidente de la Junta de Andalucía no sólo colecciona titulares que turban la paz de su mayoría absoluta, sino que además no consigue instaurar la paz en Sevilla. La formación a nivel local es un auténtico polvorín, con un conflicto perenne entre dos facciones irreconciliables que luchan por el control de la agrupación capitalina en una guerra civil sin cuartel. Las armas son variadas. Una carpeta de facturas guardada en las entrañas de una notaría, filtraciones a la prensa sobre supuestos sobresueldos y la atribución de otras presuntas actividades ilícitas ponen al alcalde de la cuarta ciudad de España, José Luis Sanz, en el epicentro de un escándalo que turba la estabilidad del PP, que además coincide con el desembarco de María Jesús Montero en el PSOE-A.

Así se cocina la última batalla de la guerra intestina que se libra hace años en el PP de Sevilla y que no tiene visos a cesar. El armisticio es complejo. Lo intentó el presidente de la Junta en 2022, cuando se acometió la renovación de las direcciones provinciales que, a la postre, certificaba el control de Moreno Bonilla sobre el partido. Una consagración tras el relevo en Málaga de Elías Bendodo por Patricia Navarro que resultó un cierre en falso de una crisis que no cesa. Paralizó momentáneamente las hostilidades, pero los contendientes desentierran el hacha de guerra, llevando el conflicto interno al calor de los focos. Tampoco la llegada del candidato apadrinado por Juanma Moreno, frente a la imposición de Génova en tiempos de Casado, Virginia Pérez, aceró posturas.

Dos facciones irreconciliables

Los actores de la guerra civil en el PP sevillano se parapetan en dos trincheras bien diferenciadas. Por un lado, la guarda pretoriana del que expresidente provincial, alcalde y exministro de Mariano Rajoy, Juan Ignacio Zoido, donde siempre se han situado tanto el primer edil de Sevilla, José Luis Sanz, y su mano derecha, Juan Bueno. En la otra esquina del cuadrilátero, los afines aún al histórico dirigente conservador y hombre fuerte en tiempos de José María Aznar, Javier Arenas.

Según relata el diario El Mundo, el conflicto, que viene de lejos, ha traspasado la esfera de lo privado. Fuentes aludidas por el citado medio, tanto de una facción como de la otra, convergen en que las filtraciones de documentos contables de la época en la que Bueno era presidente provincial y que, por consiguiente, salpican a Sanz, son armas de una partida que ya no se disputa a puerta cerrada.

La contabilidad interna que ha publicado el Diario de Sevilla ha puesto en la picota al alcalde y a Bueno por el recorrido que tomó el dinero asignado por la Diputación de Sevilla al grupo conservador. Un arsenal del que ha hecho uso la oposición para desnudar al gobierno municipal encabezado por Sanz para exigirle explicaciones. Y es que estos papeles los custodiaba un notario sevillano por imperativo de la expresidenta Virginia Pérez. Según El Mundo, la exdirigente era plenamente consciente de que esa documentación podría ser usada como arma en la guerra intestina. También en su contra. Por ello, acudió a un notario en representación del PP para que sólo un representante legal de los conservadores pudiera retirarla.

Así ha sucedido, de hecho. El Correo de Andalucía adelantaba que el secretario general del PP de Sevilla, José Ricardo García, ha retirado la documentación en nombre del partido para, posteriormente, ser difundida y publicada por varios medios de comunicación. De ahí se extrae la idea -que manejan en el fuero interno de la formación- de que las filtraciones sean fuego amigo.

Objetivo: el Ayuntamiento de Sevilla

Y es que las fuentes consultadas por El Mundo apuntan al Consistorio hispalense como el objetivo sobre el que se posa el punto de mira. La candidatura de Sanz nació de una imposición de Génova en tiempos de Casado y García Egea. Moreno Bonilla digirió el sapo pese a que no figuraba en su lista de preferitti. A ello se le suma que las filtraciones han coincidido en tiempo con la negociación de los presupuestos municipales con Vox. Un camino que no ha sido fácil para los conservadores.

Así, con todo esto proyectado sobre el fondo, se ha abierto una crisis interna para la que ya se empiezan a mover fichas. El medio citado apunta a que un número considerable de alcaldes se han puesto del lado del primer edil sevillano. Es decir, contra la facción arenista que encarna Sánchez, que contaría con la oposición de algunos de los municipios importantes bajo el sello popular en la provincia, como el de San Juan de Aznalfarache.

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