Muchos que no opinamos como tú, por educación y respeto, nos estamos mordiendo la lengua, en mi caso con exceso que ya tengo llagas en la misma. Sé que tienes miedo, y crees mucho en los representantes que sientes como tuyos, pero recuerda que ese sentimiento a la inversa también lo vivo yo. Mientras tú contemplas el mundo con fatalidad, yo observo los acontecimientos, también impresionado pues son momentos excepcionales en nuestras vidas, pero alegrándome de que estén en el gobierno los que están y no los que tú querrías.

Para mí está siendo bastante duro ciertas cosas de este tiempo. Empezando por el confinamiento, que ya nos hemos metido en abril y queda mucho calendario por delante. Casi que puedo hacer una larga lista a vuela pluma de todo lo que echo de menos. Como también te pasa a ti, y a todo el mundo. Echo de menos pasear, para empezar, pero, en mi caso, tal vez por encima de todo, echo de menos poder tomar un café con mis padres. Con este sentimiento por dentro o similar, afrontamos la jornada. 

Mi día a día, como sabes, suele ser de teletrabajo intenso y, a veces urgente, ya que soy informático helpdesk, de esos que se conectan en remoto y te sacan las castañas del fuego. Que tiene sus momentos estresantes, pero lo peor del día desgraciadamente son los espacios digitales compartidos contigo o con gente como tú, en este grupo de WhatsApp y en tantos otros, en los que debo estar y que, a ratos, se han vuelto bastante tóxicos.

Al igual que yo, otra mucha gente sentirá lo mismo al leer esto que describo, porque estos grupos de WhatsApp siempre han sido focos de a veces tensas discusiones, y que, como sabes, de siempre intento abstenerme de opinar porque en este foro el que más y el que menos, es conservador, y por tanto me encuentro en franca minoría. Nadie te afea el que pongas los mensajes que pones, eres uno de los suyos, pero solo en contadas ocasiones te lo aplauden, porque en general, muchos saben que es mejor aparcar este tipo de temas a un lado. 

Y si quieres mi opinión, te diré, por aquí, que pienso que cuando la conversación sobre política decide ignorar activamente cualquier hecho cierto, mirar a otro lado para construir el relato que convenga, y dejar fuera de todo diálogo el espacio a la razón. Ya no hay diálogo entre iguales. El redifundir lo que a las derechas interese, sea bulo o no, es la norma en este foro, por tu parte y por otros, que no eres el único... Y ante lo cual yo hago como el que oye llover, porque es mejor no caldear los ánimos que ya están bastante calientes.

¿Tan difícil es dejar ese espacio libre de este tipo de cosas? Dejar de aprovechar cada momento para martillear con tu propaganda. Poned recetas de cocina, pasos y marchas de Semana Santa, hasta fotos de vuestros hijos. Contadnos cómo están vuestros mayores, pero por favor, dejad ese lugar libre de política.

Querido lector, ¿a quién puedo dar las gracias de tener que soportar esto? ¿A mi compañero?, no tanto, pienso yo, pues él no dirige ningún partido político. Lo cierto es que tengo que dar las gracias, entre otros, a ciertos políticos y a su forma de hacer política. Gentes con tácticas mediáticas que no entienden de respeto a algo tan sensible como esto en este tiempo. Modelos de comportamiento que se barbarizan a medida que viajan desde su tribuna hasta nuestra puerta. “Envíaselo a tus compañeros de trabajo” rezan muchos mensajes, en los que lo menos que se dice no es una crítica al gobierno, sino un insulto. Antes estaba feo, pero ahora que tenemos que estar más conectados que nunca, es indecente.

De todos es sabido que hay toda una campaña para conseguir que este gobierno salga lo más debilitado posible de esta crisis. Los políticos de derechas creen nuevamente que manipular los términos de los hechos de esta manera les permitirá ganar votos. Si para ganar el poder hay que hundir España, que así sea, “ya la levantaremos nosotros”, se pensarán recordando a Montoro. ¿No aprendieron nada de la fallida maniobra de aprovechar los atentados del 11M acusando de los mismos a ETA? Se ve que 16 años después toca hacer la misma ignominia, solo que con más muertos.

Así que permanentemente me autocensuro, para no decir lo que pienso en esos espacios comunes, porque cuando se mandan mensajes en términos de esos de mal hablado, de barra de bar y mano en los cojones, esos de la verdad verdadera incuestionable, y la auténtica España, en esos foros en los que me toca estar, lo que pienso y lo que siento, se queda fuera. Está la cosa para hacer muchas tonterías donde uno tiene su plato de lentejas. Prefiero tener la fiesta en paz, aunque tenga el alma algo triste por dentro.

¿Si alguien conoce algún truco para sobrevivir mejor a esto, que me lo diga? La carga de hacer mi parte con absoluta profesionalidad y compromiso se me hace más pesada. ¿Estúpido? ¿Buenista? ¿Prudente? En serio, si piensas que en tu foro tienes gente con distinta ideología a la tuya, por favor, por respeto, por convivencia, difunde otros mensajes, que confinados necesitamos más sonrisa y menos violencia.