Enrique Benítez. PSOE Málaga Enrique Benítez analiza para ElPlural.com el Debate sobre el Estado de la Comunidad  andaluza



Me incorporo con una columna semanal a El Plural Andalucía, y lo hago para defender la Política desde dentro, desde el escaño 38 del Parlamento de Andalucía. Coincide mi primera colaboración con la celebración del Debate sobre el Estado de la Comunidad, un formato copiado del Debate sobre el Estado de la Nación y que permite al Presidente analizar la situación, hacer balance del período de sesiones y anunciar los proyectos legislativos previstos para el próximo curso político. Para la oposición, se trata asimismo de una buena oportunidad para señalar los incumplimientos y de ofrecer su propia alternativa a los problemas existentes.

En España el Debate sobre el Estado de la Nación comenzó a celebrarse en 1983, tras la llegada al Gobierno del PSOE de Felipe González. De entrada, llama la atención que su formato guarde más parecido con el Discurso sobre el Estado de la Unión, que se celebra en los Estados Unidos, que con la Solemne Apertura del Parlamento que tiene lugar en Gran Bretaña con Su Majestad la Reina como protagonista, y que emularon los constituyentes americanos. Y digo esto porque se optó por un formato claramente presidencialista, siendo España, como Gran Bretaña, una monarquía parlamentaria.

El Debate de este año ha tenido al Presidente Griñán como protagonista absoluto. Quiero que esta crónica sea lo más objetiva posible, incluso pedagógica. Griñán ha cargado de contenido político el Debate anunciando que no vuelve a presentarse a las elecciones, abriendo la sucesión en la Presidencia de la Junta de Andalucía, e incluso ha propuesto que se aborde un cambio estatutario para limitar el número de mandatos a dos. De nuevo se recurre a la tradición americana. Pero además, a lo largo de una intervención muy bien trenzada, emotiva y profundamente ideológica, el Presidente de la Junta de Andalucía ha hablado de la necesidad de “recuperar la confianza en la política y en las instituciones”, ha dicho que se “ha subestimado el impacto de la austeridad” y ha recordado que a veces “se desprecia el valor de la democracia”.

Griñán es un político parlamentarista y un hombre con sentido de Estado. Su formación y su trayectoria como servidor público le permiten estar cómodo en el debate de fondo. Además, desde que llegó al Gobierno se ha notado su fuerte aprecio hacia la institución parlamentaria. No es casualidad ni el momento elegido para realizar su anuncio, ni el escenario. La Política se debe hacer en el Parlamento.

El Presidente ha marcado el rumbo de la acción de Gobierno señalando tres prioridades: la lucha contra la pobreza y la exclusión social; la puesta en marcha de estímulos públicos para favorecer un crecimiento económico sostenible; y la recuperación de la confianza en las instituciones y la política democráticas. Esta idea de la política como contrapeso a las recetas de la ortodoxia económica ha sido refrendada en su intervención por Mario Jiménez, portavoz del PSOE en este Debate, último de los portavoces en intervenir, ya el jueves por la mañana.

Tras el Presidente, Juan Ignacio Zoido ha leído su primera intervención. Algunas personas han comentado este hecho, que tuviera la necesidad de leer un discurso escrito. No parece cómodo Zoido sin papeles. También se ha comentado el poco énfasis que ha puesto en sus principales argumentos, y el hecho de que apenas consumiera su turno de réplica. Zoido ha dado la sensación de no estar a gusto en un atril desde el que apenas podía ofrecer alternativas a la iniciativa política, en manos del Presidente de la Junta de Andalucía.

Y por primera vez Izquierda Unida ha afrontado este Debate desde el papel de socio de Gobierno, y no de oposición. Una novedad que su portavoz, José Antonio Castro, ha utilizado para criticar a la troika y para reivindicar el papel de su formación política en el rumbo que ha tomado Andalucía.

Desde fuera, el Debate puede parecer vacío, rutinario. Pero desde dentro estos Debates aportan mucha información sobre las políticas que se van a llevar a cabo y sobre el estado de ánimo de los actores y partidos que protagonizan la vida política. Durante sus años de líder del PSOE en la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero fue construyendo la imagen de un Partido responsable, dispuesto a llegar a acuerdos con el Gobierno por el bien de la sociedad española. Su talante y su transparencia le permitieron ser el referente que buscaban millones de españoles en las elecciones del 14 de marzo de 2004. No hay que minusvalorar nunca la política parlamentaria, ni Debates como éste. En estas lides se va demostrando lo que es cada uno, se van sembrando las semillas cuyos frutos se recogerán llegado el momento. Y en esta ocasión, por paradójico que parezca, es el líder de la oposición el que ha salido con la fecha de caducidad brillante y diáfana a los ojos de todos. Son las cosas de la Política, con mayúscula.

 

* Enrique Benítez es economista y Diputado del Parlamento andaluz por Málaga (PSOE). Portavoz del PSOE en la Comisión de Fomento y Vivienda