Cuando jueces y fiscales hacen mal su trabajo, el daño suele ser irreparable. Cuando los resultados de ese trabajo judicial deficiente son machaconamente aireados a los cuatros vientos por los medios de comunicación, además de irreparable, el daño es inconmensurable.

Eso es lo que ha sucedido en el caso de los exconcejales de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Sevilla Antonio Rodrigo Torrijos y José Manuel García, cuya vida civil y trayectoria política se vieron truncadas al verse involucrados en sonoros procesos judiciales que, tras años de viacrucis por juzgados, portadas y telediarios, se han saldado con la absolución. Los medios conservadores sevillanos que con mayor despliegue tipográfico y saña informativa propagaron durante meses los detalles de la instrucción judicial se harían eco de dichas absoluciones solo muy pálidamente. 

Amigos, compañeros, simpatizantes y vecinos de Sevilla –en total, unos 300– protagonizaron ayer un emotivo acto de desagravio y reconocimiento de ambos. En el público y entre quienes se sumaron con mensajes de vídeo figuraban significativos nombres de la izquierda política, cultural y sindical andaluza: Antonio de la Torre, Pilar del Río, Javier Aroca, Mercedes de Pablos, Cayo Lara, Felipe Alcaraz, Amparo Rubiales, Inmaculada Nieto, Pilar Távora, Toni Valero, Enrique Santiago…

Fue en el centro cívico Virgen de los Reyes de Sevilla con motivo de su absolución en la sentencia de la Audiencia Nacional por el caso Fitonovo, acerca de comisiones ilegales en las adjudicaciones por el Consistorio hispalense a la citada empresa a cambio de contratos públicos o de la exención de seguimiento en la ejecución de los proyectos adjudicados.

Ambos exdirigentes fueron "acusados injustamente y víctimas durante años de una cacería política, mediática y judicial a pesar de su inocencia". La propia denominación oficial de la convocatoria del acto no dejaba lugar a dudas: ‘Nunca más una cacería política’

Para Torrijos, la absolución es una "enmienda a la totalidad" de la instrucción inicial del caso desarrollada por la jueza Mercedes Alaya, quien dirigía entonces el Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla desde el que también impulsó otras causas contra el ex teniente de alcalde que también acabaron en absolución.

En el acto también estuvo presente el alcalde socialista Alfredo Sánchez Monteseirín, de cuyo equipo de gobierno formaron parte los dos exconcejales, que también tuvieron palabras de reconocimiento para el regidor. “Casi nos han matado, pero no nos han vencido”, resumía José Manuel García.

Ambos exdirigentes comparten diagnóstico sobre lo sucedido: su imputación y procesamiento se enmarcaron en una estrategia de la derecha política y judicial para “desarticular las políticas transformadoras” que estaba impulsando Izquierda Unida en el seno del gobierno local de coalición con el PSOE. 

Torrijos siempre ha apuntado directamente a la jueza Mercedes Alaya, a la que aun así, asegura, no le desea ni siquiera “el uno por ciento” del sufrimiento que ella le ha causado a él por una mala praxis profesional de la que el exsindicalista no excluye la mala fe.