Hace poco más de dos años, los alumnos del IES Salvador Tavora de Sevilla decidieron hacer algo para mejorar su barrio. Pintaron más de 200 metros del muro del centro con un mural. El cambio comienza desde el barrio, era el lema de una actividad en la que los alumnos dignificaron la abandonada plaza de Santa Teresa, en el barrio de Rochelambert, uno de los tres más pobres de España.
Los alumnos del IES y de otros 5 centros educativos participaron en un proyecto de varios meses con entrevistas y trabajo diagnóstico de las problemáticas del barrio que desembocó en un mural artístico e identitario como obra colectiva. El proyecto reunía a la juventud y al propio centro con la colaboración de Ayuda en Acción, Sevilla Acoge o Save The Children… un total de 18 entidades.
Sin embargo, ese mural acaba de ser borrado con un manto de pintura color verde-cuartel por la brigada antigrafiti del Ayuntamiento de Sevilla. “Nos ha sentado fatal”, confiesa la directora del IES a El plural. Victoria Luque lamenta que la operación se haya realizado sin comunicar nada al centro durante el fin de semana, “con nocturnidad y alevosía”. Desde el centro destacan la relevancia positiva que tuvo el proyecto en un barrio de duro desempeño para los docentes.
“Es como un chiste malo”, explica el presidente del AMPA Seneca. Juan Diego Acosta tiene a sus dos hijos en el centro y es vecino del barrio. Él dio la voz de alarma del borrado del grafiti en el que su propio hijo había trabajado, “cosas como esta no las hacen en los barrios del centro, tenemos servicios y trato discriminatorio”, lamenta.
Acosta recuerda que, cuando se hizo el mural, pensó que no iba a durar limpio, “pero tras dos años, no tenía una sola pintada encima, el barrio había respetado ese trabajo”. Pero no el Ayuntamiento, solo un par de fragmentos del extenso mural se han salvado del borrado.
Representantes municipales ya han visitado el día 26 el IES Salvador Tavora para disculparse por el error cometido por la subcontrata que, curiosamente, ha borrado el mural, pero no los grafitis que hay en otros muros laterales del centro. Al menos, asegura la directora, “se han comprometido a financiar el nuevo proyecto el próximo curso”.
En redes sociales, la acción municipal indigna en un barrio que se siente marginal, el grafiti es “de lo poco que daba alegría a un barrio ya de por si abandonado por la administración municipal, ha sido una completa vergüenza la actuación”, lamenta un vecino. Otra usuaria de X dice que el alcalde “se está coronando. Que alguien le diga que lo que tiene que limpiar es la basura del suelo y las ratas, no los murales de los centros educativos. ¿Alguien al mando?”
La lucha contra el grafiti como argumento
En los mentideros sevillanos hay guasa. ¿Cómo ha confundido la brigada antigrafiti el mural educativo y de integración del barrio con una pintada vandarra? El alcalde de Sevilla, el popular José Luis Sanz, ha hecho de la lucha contra los grafitis una de sus causas más mediáticas.
Sanz creó la brigada antigrafiti, una subcontrata de más de dos millones de euros que, desde el 15 de abril al 16 de mayo, ha limpiado 3.108 metros de pared solo en el Distrito Macarena, “desde nuestra llegada, se están retirando miles de grafitis que ensuciaban el entorno y daban una imagen de inseguridad y de falta de limpieza”.
El Ayuntamiento ha endurecido las sanciones elevando las multas a los tres mil euros. La brigada de Sanz cuenta con 10 equipos antigrafitis con 20 personas en total y es objeto habitual de los videoanunucios del Ayuntamiento. Sin embargo, tras lo sucedido en Rochelambert, la brigada pareciera estar comandada por Mortadelo y Filemón.
Otros problemas más allá del grafiti
El accidente con el grafiti de Rochelambert es otro gesto polémico de borrado selectivo. En octubre, el ayuntamiento borró en dos horas un enorme grafiti en el Guadalquivir: “P A L E S T I N A L I B R E”, rezaba. En redes, Sanz calificó el acto de “despreciable”, ignorando cualquier trasfondo humanitario o político.
El alcalde ha convertido la guerra al grafiti en su guerra cultural, y no son pocos los sevillanos que echan en falta políticas y gestos más ambiciosos por parte del Ayuntamiento de la cuarta ciudad de España.
La oposición echa en cara falta de medidas efectivas ante el turismo descontrolado o la privatización de servicios públicos, o el hecho de que no haya resultados concretos en las políticas para los barrios más pobres de España, como el de Rochelambert, que sí tiene al menos algunos muros limpios.
El exalcalde socialista, Antonio Muñoz denuncia que el mandato de Sanz será “el de cuatro farolas y cuatro mapings… el traje de alcalde de Sevilla no es para él”. Más a la izquierda, la portavoz de Podemos, Susana Hornillo apunta: "que el alcalde tenga que presentar la retirada de grafitis o el cambio de estética de las farolas del centro como logros de su gobierno nos da una idea del pobre balance del primer año del Partido Popular".
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