"¿Quiere un fecha de las próximas elecciones? 27 de noviembre de 2022". Es la frase con que, con un desahogo cercano a la fanfarronería, el consejero de Presidencia y portavoz de la Junta, Elías Bendodo, ha despachado hoy las pretensiones de Vox de que el presidente Juan Manuel Moreno adelante las elecciones autonómmicas andaluzas.

La fecha anticipada con sorna por Bendodo, hoy en la inauguración de la sala de exposiciones temporales del Museo de Málaga 'Eugenio Chicano', coincide con “el último domingo que se podrían convocar agotando la legislatura, donde el Gobierno tiene un mandato de los ciudadanos para dotar de estabilidad a Andalucía y cambiar todo lo que era el pasado".

El formato más bien jactancioso del mensaje de Bendodo habrá sabido a cuerno quemado a los dirigentes de la extrema derecha, cuya querencia por el tono bravucón es bien conocida, aunque no es exclusiva de Vox sino de toda la ultraderecha europea.

Lo cierto, más allá del tono zumbón utilizado hoy por el consejero Bendodo, es que la estabilidad de la legislatura está en manos de Vox, aunque el partido de Santiago Abascal es consciente de los riesgos que entraña acortar el mandato del primer Gobierno conservador de la historia democrática andaluza.

Unos riesgos que, a su vez, el PP está decidido a explotar haciendo uso de toda la trompetería que el poder autonómico pone a su servicio. Desde la calle San Fernando de Sevilla y desde el palacio de San Telmo se insiste en la idea de que para desestabilizar al Gobierno andaluz Vox está “aliándose” nada menos que con Unidas Podemos.

En el debate parlamentario de la semana pasada, Moreno y los suyos vieron estupefactos cómo Vox les tumbaba la tramitación de su nueva ley del suelo absteniéndose en la votación de la enmienda a la totalidad presentada por Adelante Andalucía.

Los ultras tienen buenos motivos para exigir el adelanto electoral. Según una encuesta publicada hoy por La Razón, los 21 diputados naranjas se quedarían entre 2 y 4, una cifra en todo caso irrelevante para el bloque de la derecha porque PP y Vox sobrepasarían con holgura los 55 de la mayoría absoluta.

La mejora de Vox con respecto a las autonómicas de diciembre de 2018 sería de casi 4 puntos: obtendría el 15,1% de los votos y entre 16 y 17 diputados, frente a los 12 logrados en 2018.

¿Llevará Vox hasta el final su amenaza de retirar el apoyo parlamentario al Gobierno de PP y Cs? Nadie lo sabe. Desde luego, el motivo para hacerlo es nítidamente populista pero bastante débil: la acogida por la Junta de 13 menores marroquíes llegados días atrás a Ceuta junto a varios centenares más que aprovecharon la oportunidad de cruzar la frontera que les sirvió en bandeja el Gobierno de Rabat.

La piedra de toque para conocer los verdaderos planes de Vox no estará disponible hasta el próximo otoño. Será entonces cuando los ultras deberán decidir si tumban o autorizan los Presupuestos de 2022. Si Moreno se ve obligado a prorrogar los actuales, el reloj del adelanto electoral se habrá puesto –entonces sí– en marcha.