El proceso autonómico andaluz fue un camino accidentado, lleno de obstáculos políticos, pugnas ideológicas y la resistencia de quienes intentaron frenar su avance. Andalucía, históricamente relegada a un segundo plano en el reparto territorial, tuvo que luchar por un reconocimiento equiparable al de las llamadas "nacionalidades históricas".

El 4 de diciembre de 1977, casi dos millones de andaluces salieron a las calles exigiendo autogobierno. Este clamor popular, que tuvo su momento álgido con el referéndum del 28 de febrero de 1980, permitió a Andalucía acceder a la autonomía por la vía rápida, la del artículo 151 de la Constitución, el único camino que garantizaba las máximas competencias desde el principio.

El impulso del 28-F: la vía rápida hacia la autonomía plena

El proceso no estuvo exento de trabas. La UCD, partido que estaba en el Gobierno, olvidó que bajo el mandato de Plácido Fernández Viagas, primer presidente preautonómico de la Junta de Andalucía tras el fin de la dictadura franquista, se firmó, el Pacto de Antequera el 4 de diciembre de 1978 que obligaba a todas las fuerzas políticas a conseguir la autonomía "más rápida y más eficaz".

Esa amalgama de partidos, quería canalizar desde La Moncloa el proceso autonómico por la vía del artículo 143, lento y vaciado de competencias, a excepción de las comunidades históricas, País Vasco, Cataluña y Galicia. Por ello, tanto la UCD como Alianza Popular (el germen del PP actual) hicieron campaña pidiendo la abstención o el voto en blanco en dicho referéndum “Andaluz, este no es tu referéndum”. Formularon en la papeleta de votación una pregunta larga, confusa e ininteligible. Hizo campaña institucional en mansalva en medios escritos, radiofónicos y televisivos, mientras que a los partidarios del “SI” se les negó, por primera vez la inserción en medios públicos, todo para que no prosperase la “vía buena”, la del 151. La derecha trató de encorsetar a Andalucía en un modelo de autonomía más limitada que hubiera supuesto un desarrollo más lento y con menos competencias… Y el pueblo andaluz, lo tumbó.

La oposición de sectores conservadores políticos y sociales como la patronal, el boicot en provincias como Almería pusieron en peligro el resultado. Sin embargo, la movilización popular y la insistencia de líderes andaluces de izquierda, lograron que el Gobierno reconociera el derecho de Andalucía a una autonomía plena, equiparable a la de Cataluña, el País Vasco y Galicia.

El referéndum del 28-F, que necesitaba la aprobación en todas las provincias, se encontró con el sabotaje en Almería, donde la abstención y el voto en contra impidieron que se alcanzara el umbral requerido. La derecha intentó utilizar este tropiezo como excusa para frenar el proceso, pero la presión popular obligó al Gobierno de Adolfo Suárez a buscar una solución política que desbloquease la situación.

El resultado fue una Andalucía que, pese a las resistencias, consiguió el mismo estatus que las "nacionalidades históricas". Sin embargo, la actitud de la derecha de la época quedó como un intento fallido de desviar la región hacia una "vía muerta", un camino de segunda categoría que habría perpetuado su dependencia y desigualdad dentro del mapa autonómico español.

Resultados del referéndum del 28F.
Tabla de resultados de la Junta de Andalucía sobre el referéndum de autonomía del 28F.

El trayecto de Andalucía hacia su autonomía fue una lucha entre dos modelos: el de quienes apostaban por una comunidad fuerte, con plenas competencias desde el principio, y el de quienes desde la derecha política y económica, pretendían una autonomía de segunda. La historia demostró que la vía rápida, impulsada por la ciudadanía y algunos líderes políticos comprometidos, se impuso sobre la resistencia de la derecha, que quedó atrapada en su propia vía muerta.

Evidentemente en ese proceso fue fundamental la histórica movilización del pueblo andaluz, las ansias de autogobierno y la energía de los partidos de izquierda como el PSOE y el PCE. En el máximo protagonismo estuvieron el PSOE andaluz y líderes carismáticos de este partido como Rafael Escuredo. También, un sector de la derecha, minoritario, pero que se separó del centralismo de la UCD encarnado por Manuel Clavero Arévalo. Este prestigioso profesor universitario sevillano, presentó su dimisión como Ministro de Cultura, y se sumó a las fuerzas que se posicionaron por el 151 y al en el referéndum. A la postre, esa división de la derecha, fue muy importante en el resultado.

Hitos de la autonomía andaluza de la mano de gobiernos del PSOE

El PSOE ha sido el partido hegemónico en la historia de la autonomía andaluza desde la aprobación del Estatuto de Autonomía en 1981. A lo largo de casi 40 años de gobierno ininterrumpido (1982-2019), los socialistas marcaron hitos clave en la configuración de la comunidad autónoma.

Creación y consolidación del autogobierno (1981-1990)

-Aprobación del Estatuto de Autonomía de Andalucía en 1981, tras el referéndum del 28 de febrero de 1980.
-En 1982, el socialista Rafael Escuredo se convierte en el primer presidente de la Junta de Andalucía.
-En 1984, José Rodríguez de la Borbolla asume la presidencia e impulsa el desarrollo de las instituciones autonómicas.

Modernización y desarrollo social (1990-2000)

-Manuel Chaves accede a la presidencia en 1990 y lidera una etapa de expansión de los servicios públicos.
-Se consolidan sanidad y educación universales, con la creación de hospitales y la ampliación del sistema educativo.
-Desarrollo de infraestructuras estratégicas, como la autovía A-92, que vertebra la comunidad de este a oeste.

Década de los 2000: Avances y crisis

-Creación de la Renta Básica de Inserción para familias en riesgo de exclusión.
-Impulso de la Ley de Igualdad de Género de Andalucía y de políticas sociales avanzadas.
-En 2009, José Antonio Griñán reemplaza a Chaves en la presidencia.

La caída del PSOE en Andalucía (2010-2019)

-La crisis económica y el debilitamiento del partido por el caso ERES. Casi 15 años después, el Tribunal Supremo, desmanteló gran parte de los argumentos utilizados contra el Gobierno andaluz en este “no caso” y demostró la inocencia de la mayoría de los condenados, entre ellos los expresidentes Chaves y Griñán y sus consejeros.
-En 2013, Susana Díaz se convierte en la primera mujer presidenta de la Junta.
-En 2018, el PSOE pierde el gobierno andaluz ante el pacto del PP, Ciudadanos y Vox, terminando con casi 40 años de hegemonía socialista.

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