La incapacidad de las izquierdas para coaligarse y vencer juntas así a la derecha ha permitido que Mariano Rajoy Brey siga siendo presidente del Gobierno, aunque no haya conseguido, por ahora, su firme continuidad en el cargo.

La voracidad de Pablo Iglesias, y su obsesión de hundir al PSOE, han impedido el fin de un partido como el PP, experto en el arte del latrocinio. Conviene no olvidar además, respecto a Podemos, que su líder se empeñó en destrozar a Izquierda Unida. Y casi lo logró tras humillar, cual si fuera su enemigo político, a Alberto Garzón.

La incapacidad de las izquierdas para coaligarse y vencer juntas así a la derecha ha permitido que Rajoy siga siendo presidente

Mientras que los populares negaban públicamente que fueran corruptos, se supo hace unos días que dos de los suyos, de apellidos aristocráticos, eran en realidad chorizos. Uno, Gustavo de Arístegui, embajador de España en la India. Y el otro, Pedro Gómez de la Serna, diputado. Éste, por cierto, ha puesto pies en polvorosa y nadie conoce, o dice no conocer, dónde se oculta.

Las elecciones generales movilizaron a millones de ciudadanos. Eso fue lo mejor de una larguísima jornada que, sin embargo, en lugar de canalizar las energías para fortalecer de inmediato el bien de los más pobres y de los más débiles, no han hecho más que complicar la situación que se arrastra desde la crisis, a pesar de que Rajoy Brey no ha hecho más que engañar a la opinión pública. El engaño es el mayor de sus placeres.

Enric Sopena es el director de ELPLURAL.COM.