Qué especie. Hay muchas cosas que nos caracterizan como humanos, pero quizá una de las que más nos distingue es nuestra prodigiosa capacidad para generar basura. Parece que es una cosa que une a todas las culturas, edades y géneros. Tras de nosotros vamos dejando un rastro maloliente de basura.

750.000 objetos, pura basura

Cómo será la cosa que nuestra manía por dejar los desperdicios tirados en cualquier lugar. Hasta en el espacio. Resulta que hay un serio problema con la basura espacial. Con los miles de toneladas de ingenios espaciales que se han ido quedando allí colgados desde que en los sesenta nos lanzamos a la conquista espacial. La Agencia Espacial Europea (ESA) ha alertado de la situación en las inmediaciones del planeta. Nada menos que 750.000 pequeños objetos andan perdidos dando vueltas a la Tierra. Y ya sabemos lo que eso significa. Basta haber visto la primera secuencia de Gravity para darnos cuenta de que la basura espacial bien podría denominarse metralla espacial.

Una granada de un centímetro

Una pieza insignificante, de menos de un centímetro, que golpee a un satélite o a un transbordador tendrá el efecto de la detonación de una granada. Es el resultado del efecto de la velocidad a la que estos cuerpos orbitan. Y cada nuevo impacto genera más residuos, más metralla. Hay zonas del espacio inmediato a la Tierra tan llenas de basura que entre un satélite y otro hay menos de 200 kilómetros de distancia. A este ritmo, muy pronto habrá que evitar que los viajes espaciales crucen por ciertas áreas. Claro que la solución tampoco es sencilla. Desde la propia ESA han propuesto varias soluciones que van desde las más tecnológicas hasta las más imaginativas. Por ejemplo, el empleo de robots que capturen los residuos y los lleven a la estación espacial o a una nave que los devuelva a la Tierra. También plantean capturar desechos con redes o elementos magnéticos.