Tan solo unos años de entrenamiento musical en la niñez tienen un efecto positivo y duradero sobre el cerebro, que se mantiene a lo largo de los años hasta la edad adulta.

Respuesta cerebral más rápida

Una investigación publicado en Journal of Neuroscience, demuestra que los adultos mayores que tomaron lecciones de música cuando eran niños (aun sin haber tocado un instrumento en décadas), tienen una respuesta cerebral más rápida al sonido del habla que las personas que nunca han tocado un instrumento. A medida que las personas crecen, experimentan cambios en el cerebro que comprometen la audición.
Por ejemplo, los cerebros de los adultos mayores muestran una respuesta más lenta a los sonidos que cambian rápidamente, lo cual es importante para interpretar el habla.
Sin embargo, estudios previos muestran que tales declinaciones relacionadas con la edad no son inevitables: estudios recientes de músicos sugieren que el entrenamiento musical de por vida puede compensar estas y otras declinaciones cognitivas.

Educación musical y envejecimiento saludable

La importancia de la educación musical para los niños y para el envejecimiento saludable es una evidencia. En el estudio actual, Nina Kraus, PhD, y un equipo de la Universidad de Northwestern exploraron si el entrenamiento musical temprano se asocia con cambios en la forma en que el cerebro responde al sonido décadas después y descubrieron, entre los participantes del estudio, que cuantos más años pasaban tocando instrumentos más rápido respondían sus cerebros al sonido del habla.
Para el estudio, 44 ​​adultos sanos, de entre 55 y 76 años, escucharon una sílaba del habla sintetizada ("da") mientras los investigadores midieron la actividad eléctrica en el tronco cerebral auditivo.
Esta región del cerebro procesa el sonido y es un centro de información cognitiva, sensorial y de recompensa. Los investigadores descubrieron que, a pesar de que ninguno de los participantes del estudio había tocado un instrumento en casi 40 años, los participantes que completaron entre 4 y 14 años de estudios musicales tuvieron la respuesta más rápida al sonido del habla (del orden de un milisegundo más rápido) que aquellos sin entrenamiento musical. Según explica Michael Kilgard, que estudia los procesos cerebrales en la Universidad de Texas en Dallas, ser un milisegundo más rápido puede no parecer mucho, pero el cerebro es muy sensible al tiempo y un milisegundo compuesto por millones de neuronas puede marcar una diferencia real en las vidas de los adultos. Estos hallazgos confirman que la inversión que realizamos en nuestros cerebros de niños nos siguen pagando dividendos años después, agregó.

Sincronizar el cerebro con la música

Reproducir música aporta una experiencia cognitiva, motriz y sensorial muy valiosa, desde la lectura de notas en partituras y el tiempo rítmico hasta el movimiento de los dedos sobre los instrumentos y el procesamiento del sonido. Fuente: Society for Neuroscience