En la actual campaña electoral norteamericana estamos asistiendo a un hecho sin precedentes. De pronto uno de los candidatos puede cometer todo tipo de tropelías. Y lejos de garantizarle la derrota, cada nueva patochada parece acercarle más a la victoria. Una de ellas es su empeño de negar el cambio climático.

375 científicos contra la conspiranoia

Ahora 375 científicos de todo el mundo han firmado una carta abierta dirigida al candidato republicano. Autodenominados “científicos responsables” han redactado un manifiesto en el que denuncian la imprudente actitud del líder del Great Old Party. Los expertos, entre los que hay 30 premios Nobel, advierten de las fatales consecuencias que tendría ignorar los acuerdos de París. “El cambio climático no es un bulo ni una conspiranoia. Es una realidad física. El consumo de combustibles fósiles está causando un alza de las temperaturas sin precedentes”, comienzan categóricos.

Stephen Hawking y Francisco Ayala

Figuras como Stephen Hawking y el biólogo español Francisco Ayala se muestran escandalizados con afirmaciones vertidas durante la campaña. “Las declaraciones sobre que la Tierra no se está calentando o que se debe a un hecho natural son inconsistentes e irreales”, aseguran. En los acuerdos de París, 190 países con diferentes intereses, orientaciones ideológicas y sistemas de gobierno se pusieron de acuerdo sobre las medidas necesarias para frenar el cambio climático. Sin embargo, ahora un candidato a presidir la nación más poderosa del mundo, lo pone todo en duda.

Innombrable

La intención del presidenciable de modificar estos acuerdos en cuanto pise el despacho oval supondría para los científicos un golpe a la credibilidad del país. Muy al contrario “Estados Unidos debe ser uno de los mayores impulsores en la adopción de medidas que reduzcan las emisiones de CO2 a la atmósfera”, reclaman los 375 firmantes. Es curioso como en ningún momento de la extensa carta se hace referencia por su nombre al candidato republicano. Tampoco ha hecho falta nombrarlo para escribir esto. Realmente no es necesario. Por sus hechos, y palabras, es bien conocido.