Cuenta la Biblia que los hombres quisieron desafiar a Dios construyendo una torre que llegara hasta el cielo. Dios, que no estaba muy dispuesto a ver gente correteando por su reino, decidió castigarlos. Cada obrero de la torre comenzó a hablar una lengua diferente. Con la confusión de idiomas que se produjo, la torre se vino abajo. Ahora, de nuevo, varios proyectos diferentes se plantean el mismo reto. En este caso construir un ascensor hasta el espacio. Y, como en aquel caso, parece que con la misma confusión que cundió en Babel.

Dos proyectos a falta de uno

Porque al menos existen dos proyectos diferentes para tan alocada idea. El objetivo es crear una plataforma que llegue muy muy cerca del espacio estelar. Desde ahí, los vuelos hacia las estrellas serían más cortos y sencillos. El primero de los proyectos es el de la compañía Thoth Technologies. Se trata de la Thothx Tower. Lo que pretenden es construir una estructura de nada menos que 15 kilómetros de alto. Es decir, sería 24 veces más alta que el edificio más alto de la actualidad. Para ello emplearían kevlar y la torre se alzaría después de ser inflada con un sistema que aseguran haber patentado. En lo más alto de la torre habría una especie de pista de lanzamiento y aterrizaje de vehículos espaciales. Justo por debajo, un mirador. Y además, en los laterales de la torre, a gran altura, una serie de molinos eólicos que proporcionarían energía limpia a la estructura. [embedyt] http://www.youtube.com/watch?v=FVsUyPEN1eY[/embedyt]

Sujeto de un cable

Si este proyecto parece peculiar, el de Liftport no le va a la zaga. En este caso no se construiría una estructura tubular. Esta idea se centra en lanzar un cable a nada menos que 38 kilómetros de altura. El cable se uniría a la Tierra en un puerto y al final del cable se colocaría un contrapeso. Y los ingenieros sostienen que el contrapeso se mantendría en su sitio a esa distancia sujeto por el cable gracias a las fuerzas de centrípetas y de la gravedad. Por ese cable subiría y bajaría todo tipo de material y personas hasta el puerto superior. Y desde ahí, al espacio. No hace falta entrar en mucho detalle para darse cuenta de que ambas propuestas no son más que la traslación de los mejores deseos y sueños de los científicos. Más allá de que ambas compañías aseguren que tardarán 10 años en construir ambos ascensores o que se estimen en cuentos de millones de dólares su coste. Lo que realmente da que pensar es… ¿lo dicen de verdad?