No han sido pocas las críticas que ha recibido el Ayuntamiento de Madrid desde que las asociaciones organizadoras del Día del Orgullo Gay denunciaran que Ahora Madrid había seguido al pie de la letra la normativa impuesta por Ana botella. ¿El resultado? 180.000 euros de multa por superar los decibelios permitidos. Quizás por ello, Carmena ya ha empezado a dar marcha atrás.

En este hecho, encontramos tres paradojas: que un ayuntamiento del cambio siga las iniciativas restrictivas del PP, que se multe a esta fiesta mientras se hace la vista gorda con otras celebraciones como las deportivas y, quizás lo más sorprendente e incomprensible, que se sancionará con 12.400 euros al escenario central teniendo en cuenta que el pico de decibelios se produjo durante el discurso de la propia Carmena y la celebración de Pablo Iglesias.

24 horas después, tras consultar con la almohada, el Consistorio parece haber recapacitado y ahora, en vez de exigirles dinero, son ellos los que les ofrecen más presupuesto ya que es una fiesta "de interés general" y mirando al 2017, año en el que Madrid será la sede la fiesta mundial del Orgullo.

"Yo creo que el presupuesto está muy relacionado además con el desarrollo que está teniendo y con el proyecto que tenemos para el año que viene, que es la fiesta mundial del Orgullo Gay", ha dicho este martes la alcaldesa. De hecho, algunas fuentes ya apuntan a que el presupuesto para el Orgullo de 2016, que se celebrará en unas semanas, podría pasar de los 60.000 euros a los 250.000 euros.

“Un tratamiento especial”

"Lo que nos interesa es darle un tratamiento especial de fiesta, digamos de interés general, para evitar los problemas de las multas que han tenido", ha comentado la alcaldesa sobre la celebración del Orgullo Gay.

¿Un trato especial para el Orgullo? ¿Qué quiere decir con esto? Parece que el Ayuntamiento de Carmena vaya a hacer una excepción con el colectivo LGTBI, pero no es así. La realidad es que a lo largo del año se hacen decenas de excepciones con acontecimientos deportivos, celebraciones por triunfos relacionados con el deporte o incluso con las fiestas patronales de los barrios madrileños. En todos estos momentos, fiestas y demás situaciones se superan los decibelios permitidos y nunca ha habido multas. Al final, parece que la norma es hacer excepciones… pero esa norma no llegó para el Orgullo.

“Estas sanciones al Orgullo se podrían desestimar al igual que se hacen otras excepciones con las celebraciones deportivas o con las fiestas populares y tradicionales, donde se ponen altavoces junto a las ventanas de las casas”, recordaba la activista por los derechos LGTBI y socialista Carla Antonelli en declaraciones a ELPLURAL.COM.

Momento en el que Pablo Iglesias y otros políticos hacian la conga en el escenario central del Orgullo 2015

Tras la polémica… llegan los cambios

Es cierto que la normativa es de la época de Botella, pero también que Ahora Madrid todavía no había hecho por cambiarlo. Sólo después de saltar las denuncias a la opinión pública, el Ayuntamiento ha encendido las máquinas de pensar y ha anunciado que llevarán al próximo pleno una iniciativa para "complementar" las ordenanzas municipales y permitir mayores niveles de ruido en las grandes fiestas. Sería un cambio a la valenciana, pues es exactamente lo que se aplica cuando llegan las Fallas o los Sanfermines de Pamplona.

"La verdad es que yo creo que no tuvimos la sagacidad suficiente para darnos cuenta de que había que darle una consideración especial para que pudiera tener un tratamiento diferente como pasa en las Fallas o cualquier otra fiesta donde ya sabemos que hay más ruido", ha reconocido Carmena.

Pese a los posibles cambios, COGAM, no tiene demasiada fe en que lleguen a tiempo. El Pleno donde se aprobará la medida se celebrará el 29 de junio y el día grande del Orgullo Gay es el 2 de julio. "No será efectivo hasta que no se publique en el BOAM, pero el compromiso de la Alcaldía es buscar una solución y confiamos en ello”.