Colas en la frontera entre Gibraltar y España. Foto: InfoGibraltar



Cien minutos. Este es el tiempo medio que el pasado mes de mayo los empleados españoles que trabajan en Gibraltar han tenido que dedicar para atravesar a diario la frontera. Así se extrae de un informe elaborado por el Gobierno de Gibraltar en el que se explica que desde que comenzó 2014, la media de espera para salir del Peñón ha sido de 93 minutos (alcanzando un máximo de 103 minutos en abril).

Víctimas independientemente de la edad
Todo ello en base a los controles efectuados por el Gobierno de Mariano Rajoy que no sólo perjudican a los cerca de 10.000 trabajadores españoles que tienen un puesto de trabajo en el Peñón, sino que incluso han llegado a afectar a centenares de alumnos que salían de clase acompañados por sus padres o, en el peor de los casos, junto a sus hermanos más pequeños.

Malestar en las redes sociales
Unos hechos que están provocando la proliferación de mensajes en las redes sociales contra el endurecimiento de los controles en La Verja llevado a cabo por el Gobierno de Mariano Rajoy. Así, diferentes usuarios critican que los controles de la frontera perjudiquen por igual a niños, ancianos, trabajadores o turistas. Otros van más allá y exigen que al menos por un día, el ministro de Exteriores “se ponga en la cola para entender que lo que hace es una gilipollez (sic) de patriota de salón”.

 

 


 

Controles arbitrarios
Para el viceministro principal de Gibraltar, Joseph García, no cabe duda  que estamos ante “controles arbitrarios con una clara finalidad política y que afectan a la población en general”. Algo que García considera “inaceptable e indigno”. Paralelamente, desde el Peñón califican como “políticos y arbitrarios” unos controles que, por ejemplo, impiden el paso libre a empresas de servicios españolas a partir de las 10 de la mañana o paralizan a primera hora de la tarde el regreso de los trabajadores a sus casas.

Preocupación de trabajadores y empresarios
Unos controles que además están ocasionado gran preocupación entre los trabajadores de La Línea y del resto del Campo de Gibraltar. Y es que a parte de ser un importante destino turístico que atrae anualmente a muchos visitantes, la colonia británica supone una fuente de ingresos directos para numerosas localidades andaluzas. Así, entre los sectores más perjudicados por el estrangulamiento económico de Gibraltar y la comarca destaca el hostelero, el de servicios y el de comercio.

Proyectos frente a realidad
Frente a esta realidad, el Gobierno de Mariano Rajoy únicamente parece centrado en anunciar mejoras infraestructurales -como la supuesta creación de una macro aduana en La Verja con seis carriles de entrada hacía el Peñón-, que en el mejor de los casos no vería la luz hasta el año 2015. El problema es que a fecha de hoy, el actual edificio de la Aduana de La Línea (por el que los peatones entran en España) cuenta con un único puesto de control operativo. Además, ni la aduana peatonal ni la de vehículos están funcionales a partir de las 21 horas. En definitiva, España cuenta con unas instalaciones obsoletas para controlar la frontera que además están infrautilizadas.