[[{"type":"media","view_mode":"media_large","fid":"34537","attributes":{"class":"media-image size-full wp-image-225486","typeof":"foaf:Image","style":"","width":"242","height":"357","alt":"Fotograf\u00eda de archivo fechada en septiembre de 1999 del periodista y escritor Manuel Leguineche, testigo directo de numerosos conflictos en su \u00e9poca de corresponsal de guerra. Leguineche decidi\u00f3 buscarse un refugio para escribir en plena Alcarria, y es ese peque\u00f1o universo el que refleja en su libro \u0026quot;La felicidad de la tierra\u0026quot;, un diario que el autor iba escribiendo y que present\u00f3 en la localidad de Ca\u00f1izar. Manu Leguineche, como era m\u00e1s conocido, ha fallecido hoy en Madrid.EFE\/Archivo "}}]] Fotografía de archivo fechada en septiembre de 1999. Leguineche decidió buscarse un refugio para escribir en plena Alcarria, y es ese pequeño universo el que refleja en su libro "La felicidad de la tierra". EFE/Archivo



Manuel Leguinche (Arrazua, Vizcaya, 1941), ha muerto esta mañana víctima de una insuficiencia repiratoria en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, según ha adelantado en su edición digital el diario El País. Llevaba tiempo apartado del periodismo pero su trayectoria ha sido todo un ejemplo para profesionales de varias generaciones y lo seguirá siendo. Fundó dos agencias de prensa, Colpisa y Faxpress y fue, sobre todo, reportero de guerra. Fue testigo de los principales acontecimientos del siglo XX, desde la guerra de Vietnam o los conflictos indopaquistaníes, hasta las guerras yugoslavas, la caída de la URSS o la primera guerra del Golfo.

Tras recorrer medio mundo, se afincó en Brihuega (Guadalajara), en plena Alcarria, donde pasó los últimos años de su vida escribiendo y jugando apasionantes partidas de mus.

Como recuerda El País, Empezó a trabajar en el semanario Gran Vía de Bilbao y se formó en una de las mejores escuelas de periodismo, el diario vallisoletano Norte de Castilla, cuando lo dirigía Miguel Delibes.

Además fue un prolífico escritor, ensayos sobre perioidsmo, viajes, investigación e historia. Se atrevió con la ficción con su novela La tribu, una historia de periodistas en Guinea Ecuatorial durante la caída de Macías.  Sus libros han sentado las bases de un nuevo género en nuestro país, convirtiéndolo en un maestro indiscutible del periodismo literario, según recuerda la Asociación de la Prensa de Madrid de la que era socio vitalicio.

Entre sus numerosas obras cabe destacar ‘La ley del mus’ (1992), ‘Los años de la infamia: crónica de la II Guerra Mundial’ (1995), ‘Adiós, Hong-Kong’ (1996), ‘Annual, 1921’ (1997), ‘Yo pondré la guerra’ (1998), ‘Apocalipsis Mao: una visión de la nueva China’ (1999), ‘La felicidad de la tierra’ (1999), ‘Hotel Nirvana’ (2001), ‘Recordad Pearl Harbou’r (2001), ‘Gibraltar’ (2002), ‘Los ojos de la guerra’ (2002), ‘Madrid de menú’ (2002), ‘Madre Volga’ (Seix Barral, 2003), ‘El último explorador’ (Seix Barral, 2004), ‘El viaje prodigioso’ (2005) y ‘El club de los faltos de cariño’ (2007).

Mantuvo una relación muy profunda con sus raíces y cuando se le pregunta por qué no vuelve a su pueblo, cerca de Gernika, responde que “para estar más cerca. Soy fuerte y débil. A veces me voy para estar más cerca de mí, y eso mismo me pasa con mi propio país”.

Su brillante trayectoria profesional le ha reportado todos tipo de galardones, entre ellos el Premio Nacional de Periodismo, el Pluma de Oro, el Cirilo Rodríguez, Premio Javier Bueno de la APM, Premio Rodríguez Santamaría -ahora Premio APM de Honor-, Premio FAPE de Periodismo, Medalla de la orden al Mérito Constitucional, el Julio Camba, Premio Luca de Tena, el Ortega y Gasset y el Premio Periodistas Vascos.