Hace unos días en un digital titulaban con gran alharaca "Eduardo Zaplana ha desembarcado en el PP de Valencia". Y completaba con un subtítulo en el que se leía "Enviado por Rajoy para cohesionar el partido a nivel regional". Conociendo la cercanía de Zaplana a Aznar, y su distanciamiento desde hace años con el Presidente del Gobierno, que desde que 'heredó' el partido se ha afanado en desposeer de influencia política no sólo al exministro y expresidente de Valencia, sino a todos los miembros de aquella generación que llegó con él al poder en los años noventa, el titular no sólo es increíble, sino también absurdo.

Los que quieren echar a Fabra
De inmediato nos han negado tanto en Valencia como en Madrid semejante "desembarco". Pero lo que nadie ha negado a ELPLURAL.COM es lo que hay detrás de este artículo y otros que comienzan a menudear, en especial en los medios valencianos. Un personaje central, desde hace mucho tiempo, en todo lo que ha sucedido y sucede en ese partido lo explicaba contundentemente a ELPLURAL.COM: "Lo que buscan es joder a Fabra como sea..., están echados a provocar una 'guerra civil' con tal de echarle".

 

Alberto Fabra es 'el objetivo' de sus propios compañeros del PP, que buscarían sustituirle por otro líder 'popular'. Foto EFE



"¿Y quiénes son los que 'buscan joder a Fabra'?", le preguntamos. "Los Rus ('capo' del PP en la provincia de Valencia), las Ritas (Barberá), los Cotino (ahora presidente de las Cortes valencianas).., esos imputados a los que Fabra ha amenazado con que no van a ir en las listas de las próximas elecciones... Todos se han unido en cuanto se han dado cuenta de que es un presidente débil, que no tiene soportes fuertes en Madrid y están trabajando para sustituirle".

La referencia, el cambio que se ha producido en Andalucía
El deseo de esta gente, y para lo que trabajan, es para desmontarle en una operación similar a la que se ha producido en Andalucía. Es decir, un 'traspaso' del cargo de Presidente autonómico dentro del partido, sin elecciones de por medio. Olvidan algunos detalles fundamentales. José Antonio Griñán estaba de acuerdo y pilotó su salida de la presidencia de la Junta de Andalucía. Y en Valencia este 'giro de timón' sería el segundo seguido.

Como nos decía una fuente de la oposición, "un nuevo cambio en la presidencia de la Generalitat conducido por el PP, sin elecciones de por medio, como se hizo cuando Camps pasó la poltrona a Fabra, creemos que no sería posible sin que saltara la sociedad... No resultaría aceptado por la población, ni por los empresarios, ni por los medios, ni por nadie".

Fabra, el hombre débil, que 'no molesta'
¿Y el cambio por las urnas? "Elecciones adelantadas en Valencia no va a haber de ninguna forma -nos asegura una fuente del PP en Madrid-, sería una locura sin sentido, más en estos momentos en que todo indica que se perderían". Pero esas mismas fuentes sí reconocen que la situación de Fabra tanto con Moncloa como con Génova es de 'distancia': "ha sido una desilusión, no ha sido el hombre que esperaban, le falta carácter, pero también es verdad que su relación con Rajoy no es mala.., y es que 'no molesta'".

Quienes le denostan ven esa 'mínima' influencia de Fabra en Madrid, su pusilanimidad ante Génova y Moncloa, como una razón más para buscarle relevo. Le desprecian por no ser capaz de tener una voz más contundente en defensa de los intereses regionales, como hacen Ignacio González, o José Antonio Monago, por ejemplo. Y exponen su papel secundario en la 'lucha por la financiación' como prueba de la liviandad de su líder.

Desplantes desde Madrid
Es verdad que Alberto Fabra tuvo que pasar el 'trago' de retirar la reforma del estatuto, aprobada en Les Corts por todos los grupos, en la que se exigía para Valencia el mismo reparto presupuestario que tienen Cataluña o Andalucía. Una reforma, le advirtieron vicepresidenta y ministro de Hacienda, que no saldría adelante y que él retiró mansamente, y con gran desgaste personal en Valencia en general, y en su partido en particular.

Pero es que además, desde el Gobierno central, acaban de remachar a Fabra con el mismo clavo en los presupuestos para el próximo año. La Comunidad Valenciana, en el gasto del Estado previsto por habitante para 2014, no sólo no mejora, sino que cae hasta ser la penúltima de todas las comunidades, sólo por delante de Navarra e Islas Baleares, dos comunidades que necesitan menos inversión porque tienen menos paro y mejor financiación. Valencia percibirá en 2014 una inversión de 118,1 euros por habitante. Lejos de los 124,7 euros por habitante que recibirá Cataluña, o los 139,9 de Madrid. Y a enorme distancia de las más favorecidas, como pueden ser otras comunidades cuyos presidentes, también del PP, han sido más críticos y duros en la negociación en Madrid, como es Extremadura, donde Monago ha logrado inversiones de 316,3 euros por habitante, o la Galicia de Feijóo, que llegará a los 486,7 euros.

Los posibles sustitutos
Este martes, Fabra apareció en una entrevista en horario de máxima audiencia en la televisión autonómica. Durante ella, aunque sí mostró su deseo de serlo, no se atrevió a asegurar que será el candidato del PP en las próximas elecciones: "el partido lo decidirá", fue su comentario. "El problema que tiene sustituirle es que cambiar a un presidente es muy difícil -nos dice la fuente del PP valenciano a la que nos referíamos de entrada-... Para empezar necesitarían un candidato en torno al que unirse, y ese personaje no aparece de manera clara".

Alberto Fabra con la dirección del PP en Valencia, donde no abundan 'sus amigos'. Foto PPPV



En fuentes políticas valencianas, sí apuntan sin embargo dos posibles candidatos: el primero, José Ciscar, actual vicepresidente de la Generalitat, pero cada vez más distanciado de Fabra, como les hemos contado en ELPLURAL.COM. Es un personaje que tiene la ventaja, 'rara avis' en el PP valenciano, de no tener ningún asunto pendiente con la justicia y que podría reunir consensos.., o más exactamente no levantar ampollas.

La consellera y el ministro
Y por otro lado, la consellera de Educación, María José Catalá. Esta mujer, de la 'familia democristiana', es una protegida de Juan Cotino y su clan, y su nombre crece y crece. Tanto que, nos dicen en fuentes de la Generalitat, en varios plenos del Gobierno, Fabra ha comenzado a 'atacarla', preguntándose en voz alta, por ejemplo, por qué Valencia se está viendo libre de protestas sanitarias, y en cambio sí que sufre de manera aguda 'la marea verde'. Una evidente crítica a su gestión.

Hay un tercer personaje, del que ya les hemos apuntado en ELPLURAL.COM su animadversión hacia Alberto Fabra:  el actual ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo. En Valencia los 'clanes' le aclaman y le ofrecen cenas homenaje. Pero en el PP en Madrid nos dicen que, dadas las malas perspectivas electorales del PP en aquella comunidad, las peores en lustros, "lo que quiere es tener mayor 'influencia' en la política valenciana, que su voz se escuche, pero no tanto desembarcar allí".

Una fecha para la 'operación derribo'
Para el derrocamiento de Fabra hay incluso quien apunta fechas. Una muy especialmente. Después de las elecciones europeas, cuando se confirmaría la quiebra 'popular' en uno de sus grandes graneros de votos, y que se presentaría como aviso de desastre para las elecciones autonómicas que se celebrarán menos de un año después. Una cosa está clara, como decía nuestra fuente de gran influencia en Valencia, "buscan joder a Fabra, porque están metidos en 'una guerra civil'".