Fotografía facilitada por el PSOE del dirigente socialista Rafael Simancas durante una rueda de prensa. EFE/Archivo

 

 


El diputado socialista Rafael Simancas cree que el tránsfuga que le impidió ser presidente de la Comunidad de Madrid en el verano de 2003, Eduardo Tamayo, está enviando al PP el mensaje: "quiero seguir cobrando o, si no, tendréis problemas, porque hablaré".

Una amenaza en toda regla
Simancas ha dicho en una entrevista con EFE que el "paseo infame de Tamayo por la Puerta del Sol hace unos meses -cuando pidió ser recibido por la presidenta Esperanza Aguirre y ella se negó- era una amenaza en toda regla" y que los "papeles que han surgido casualmente diez años después supuestamente manuscritos por Tamayo son evidentemente un nuevo toque de atención".

Como Bárcenas
"Todo parece indicar que se trata de una estrategia parecida a la del señor Bárcenas, un aviso al PP para que paguen", apunta el que fue durante siete años líder de los socialistas madrileños, en referencia a los papeles de Tamayo.

Conexión con Gürtel y Naseiro
Convencido de que "todas estas tramas acaban estallando desde dentro" y de que "tarde o temprano esto ocurrirá" con el 'tamayazo', Simancas advierte de la conexión que "muy posiblemente" exista con el caso Gürtel y el caso Naseiro.

Romero de Tejada, mano derecha de Blesa
Sobre quiénes podrían acabar en el banquillo, Simancas señala a los que se lo han "ganado a pulso": los exsocialistas Eduardo Tamayo, María Teresa Sáez y José Luis Balbás, el que fuera secretario general del PP de Madrid (2001-2004) Ricardo Romero de Tejada, los constructores Francisco Bravo y Francisco Vázquez y el empresario Dionisio Ramos.

Subraya que Romero de Tejada era la "mano derecha de Miguel Blesa en la Ejecutiva de Caja Madrid" y que, por tanto, "no es una presa menor".

Un golpe institucional 
Simancas sostiene que la "sentencia ciudadana está dictada" y que "ocurrió lo que parece, y es que una banda de delincuentes, entre dirigentes del PP y detentadores de negocios en el suelo madrileño, con el concurso de dos diputados traidores del PSOE, fraguaron un golpe institucional que doblegó la voluntad democrática de los madrileños". Añade que "todo el mundo sabe" que las razones de la traición de Tamayo y Sáez fueron "contantes y sonantes", es decir, "que se les pagó y que cobraron".

Sentimientos blindados
A dos días de cumplirse el décimo aniversario del 'tamayazo', Simancas asegura que tiene sus "sentimientos blindados" a esos recuerdos y que lo que le "obsesiona" es qué hubiera sido de Madrid y de los madrileños con el gobierno que votaron en mayo de 2003. Recuerda que en ese verano de 2003 la dirección federal del PSOE y su secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero, estuvieron "muy cerca" del Partido Socialista de Madrid (PSM), "respaldándole en su tarea de esclarecimiento de los hechos", y que Zapatero impulsó la querella que presentó entonces el fallecido Gregorio Peces Barba ante el TSJM para que se investigara.

Zapatero pidió que lo dejáramos
Simancas, no obstante, reconoce que cuando Zapatero accedió a la presidencia del Gobierno le planteó que "como no había nuevos elementos probatorios para impulsar una investigación judicial, situar el tamayazo en el centro de la vida pública simplemente en términos políticos no resultaba del todo interesante y que la gente nos iba a seguir reprochando que esos dos elementos hubieran conseguido entrar en nuestras listas".

"La  porquería siempre sale a flote"
"Me lo planteó y yo lo entiendo perfectamente", afirma, y recalca que lo que hubiera ayudado hubiera sido una "actuación policial y de la Fiscalía rápida y eficaz", pero que el entonces fiscal jefe de Madrid Mariano Fernández Bermejo -luego ministro de Justicia- "recibió una instrucción clara y directa del fiscal general del Estado, Jesús Cardenal, a las órdenes del Gobierno de Aznar de que no se investigara en absoluto y se enterrara todo". Según Simancas, "hicieron bien su trabajo, pero la porquería siempre acaba saliendo a flote".