El futuro Ejecutivo de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid dara algunas pistas del momento en el que se encuentra el pulso soterrado entre el hasta ahora vicepresidente, Ignacio Gonzalez -que tambien preside el Canal de Isabel II, que se privatizara parcialmente en esta legislatura- y el consejero de Presidencia, Justicia e Interior, Francisco Granados, los dos dirigentes con mas peso en el Gobierno Regional tras la propia lideresa. De momento parece que González se lleva el gato al agua, ya que situó a gente de su confianza en las listas, mientras que Granados habría rechazado la propuesta de la presidenta de que asumiera la portavacía del Grupo Popular en la Asamblea de Madrid, un puesto con mas visibilidad pero sin peso político.

El pulso soterrado entre González y Granados por las riendas de la Comunidad se vive desde la primera legislatura de Aguirre al frente del Gobierno regional, pero del estado actual de este enfrentamiento da cuenta Público en una crónica.

Una propuesta envenenada
Granados, hasta ahora consejero de Presidencia, Justicia e Interior y secretario general del PP de Madrid, habría desairado hace una semana a la presidenta cuando rechazó ocupar la portavacía de su grupo en la Asamblea. Es decir, que se le ofrecía un cargo con más visibilidad pero con menos peso político. Se trata en cualquier caso de un puesto de la confianza personal de la presidenta, que no obstante se lo acabó ofreciendo a Íñigo Henríquez de Luna, el dirigente que promovió unas primarias en el PP nacional cuando Aguirre aspiraba a moverle la silla a Rajoy en Génova.

El desplante a la presidenta
La reunión en la que Aguirre ofreció a Granados la portavocía parece que fue tensa y que incluyó con una frase lapidaria de la presidenta: "Yo no le debo nada a nadie". Pero en cualquier caso el entorno de Granados habla de relación "cordial" y fluida y le siguen viendo como consejero en el futuro Ejecutivo, aunque también hay dudas sobre si su desplante al rechazar el ofrecimiento le puede acarrear consecuencias.


González situó bien a los suyos en las listas
Parece que el que todavía cuenta con el favor de la presidenta es González, que no obstante preside el Canal de Isabel II, la empresa pública clave en esta legislatura pues el 49% de su capital será privatizada, una operación muy golosa y de gran valor estratégico. Como presidente del Comité Electoral, González ya ha demostrado su capacidad para ubicar en en puestos destacados de las listas a gente de su confianza, como Paloma Adrados, que se ha estrenado como alcaldesa de Pozuelo -su mano derecha en el municipio es la hermana de González-. El vicepresidente de la Comunidad también fue el hombre de confianza elegido por Aguirre cuando intentó tomar el control de Cajamadrid, una operación frustrada cuando Rajoy impuso desde Génova la opción de Rodrigo Rato.



La sucesión en el trasfondo de la batalla
En el trasfondo de la batalla Granados-González está la posible sucesión de Aguirre, que parece difícil que repita como candidata en 2015. Ya en los prolegómenos del Congreso de Valencia el entorno de González fue de los más activos a la hora de empujar a la presidenta a la disputa del liderazgo nacional del PP, lo que le habría situado en la primera línea de la sucesión. Ambos consejeros llevan tiempo así disputándose el equilibrio de la maquinaria política de Madrid, y por ejemplo se atribuyen a González las presiones para que Granados abandonase en 2004 la consejería de Transportes, una de las más apreciadas, y es que acababa de ser nombrado secretario general del PP regional y parecía acumular ya demasiado poder. En cualquier caso, Granados asumió después Presidencia, Justicia e Interior, otra de las macrocarteras más influyentes, con lo que el reequilibrio de fuerzas parecía volver de nuevo. Ahora está por ver cómo se configura el Ejecutivo de esta legislatura y el reparto de poder entre los dos pesos pesados del Gobierno de Aguirre.