La Revuelta regresaba de su parón navideño este martes, 7 de enero. No obstante, sus vacaciones han estado lejos de ser tranquilas y relajantes. Lalachus y David Broncano eran los encargados de conducir las Campanadas de TVE y -como ya todo el mundo sabe- ella sacaba una estampita de la vaquilla del Grand Prix como si del Sagrado corazón de Jesús se tratase. Lo que fue una reivindicación de la televisión pública se convirtió en todo un delito para los sectores más conservadores, así como para la ultraderecha, por lo que algunos, como Abogados Cristianos, presentaron sus querellas. Este jueves, 9 de enero, Jorge Ponce se mofaba de la asociación ultracatólica por su denuncia.

Lo cierto es que, tras la vuelta del programa a la parrilla, las referencias desde dentro a todo lo sucedido habían sido bastante sútiles. Sin embargo, Jorge Ponce sacó la artillería pesada este jueves. El malagueño irrumpía en el escenario del Teatro Príncipe de Gran Vía y, en un primer momento, como suele ser habitual, empezaba a divagar sobre distintos temas. Finalmente, el colaborador se centró en "avisar a los espectadores de los peligros de la ciudadanía", algo que, según él, deriva de la presencia del programa en la televisión pública. 

"Ya sabéis que nosotros, por trabajar en La Revuelta, estamos obligados a promover los hábitos saludables, a defender la Constitución, a decir que el Rey Juan Carlos salvó el 23-F, porque lo hizo, y tenemos también que avisar a la ciudadanía de los peligros de la sociedad", arrancaba. Ponce señalaba entonces algunos de los peligros a los que está expuesta la sociedad en este 2025 como consecuencia de populares estafas: "Hay muchísimas estafas ahora mismo: el príncipe nigeriano que te formatea el disco duro, Brad Pitt que te llama y te dice que te lleva a la Tagliatella... Hay que decirle a las señoras que es muy raro que sea Brad Pitt. Si os escriben por Facebook o por Twitter, no es Brad Pitt".

 Hasta ese momento, podía ser cualquiera de los discursos de Ponce, pero el colaborador iba a afinar su objetivo. "Hay muchas estafas ahora mismo; incluso ha vuelto de una forma más afinada el timo de la estampita", atizaba, provocando el aplauso del público y la risa de Broncano, que no hacía por esconderla. Con su ácido e irónico humor, el humorista explicaba: "Ahora el timo consiste en que una asociación que te dice que con una estampita han ofendido tus creencias. Te dicen, 'oye, que han ofendido tus creencias'. Uy, pues no me he dado cuenta. 'Sí, sí...'. Y te sacan dinero porque dicen que van a ir a defenderte a los tribunales cuando saben que la demanda no va a ir a ningún sitio como casi ninguna de las que ponen", atizaba. Y, antes de concluir, iba a vacilar una vez más: "No sé ni cómo se llaman, creo que es Juristas Budistas, Musulmanes Fiscales, Protestantes firmantes... Es que no me acuerdo". 

Abogados Cristianos y Hazte Oír se querellan contra Lalachus

La primera denuncia a Lalachus, y también al presidente de RTVE, José Pablo López, llegaba por parte de Abogados Cristianos. Lo que fue un alegato en favor de la televisión pública, fue interpretado como "un posible delito de odio y contra los sentimientos religiosos" por la asociación de ultraderecha, que considera que el gesto de la presentadora "denota un claro menosprecio y burla hacia los ritos y símbolos del catolicismo", además de suponer "una vejación, una injuria y un ultraje hacia los sentimientos religiosos y las creencias católicas".

Abogados Cristianos denuncia que es un "ataque a los cristianos" con el objetivo de "generar polémica y así aumentar audiencia, algo que ya ocurrió con la gala de inauguración de los Juegos Olímpicos" y que "estos comportamientos no pueden quedar impunes si queremos poner freno a la cristianofobia, cada vez más presente en nuestro país".

Por otro lado, tan solo un día más tarde, en la mañana del 2 de enero, llegaba el turno de Hazte Oír, que anunciaba su querella a través de X -anterior Twitter-: "Denuncia presentada. Hazte Oír cumple. Le pese a quien le pese". En el fragmento que se podía ver en la imagen adjunta por ellos mismos, se lee que el motivo que alegan para presentarla es "una ofensa a los sentimientos religiosos".