Nada más poner un pie en sus diversos destinos vacaciones, los colaboradores de Sálvame tenían a un paparazzi pisándoles los talones. ¿Cómo ese esto posible? Solo cabe la posibilidad de que uno de ellos haya fotografiado la pizarra que tienen todos de manera conjunta y en la que cada uno apunta sus vacaciones.

Para descubrir quién había sido el precursor de este negocio, todos los compañeros se sometieron el pasado martes a un polígrafo del que algunos salieron más beneficiados que otros.

El que peor parado salió de la máquina de la verdad fue Antonio David Flores. Tras la pregunta de si “¿has obtenido algún beneficio pasando información de tus compañeros?” y la negativa del colaborador, el "poli" deslizó que mentía. Él trató de excusarse eludiendo que no sabía si el beneficio podía ser otro que el económico.

Jesús Manuel Ruiz también mintió cuando se le preguntó por la filtración de la instantánea a los periodistas.

En el polo opuesto, Rafa Mora ha sido el más beneficiado de la situación. El joven colaborador negaba haber pasado información sobre las vacaciones de sus compañeros (algo que es verdad) y reconoció haber utilizado conversaciones en directo, aunque el fin de esto era tener más peso en el programa. En valenciano llevó a cabo, además, su acusación particular y señaló a Gustavo González como principal culpable.

Por último, Antonio Montero (que también dijo la verdad) dejó la polémica en el aire al defender que él conocía a un compañero que filtraba datos del resto, aunque no desveló su identidad.

Tras el veredicto del "poli", los colaboradores siguen en pos de conocer quien les ha traicionado.