El grueso de la sociedad española clama contra Luis Rubiales todavía con más fuerza tras su polémico discruso con el que ha intentado salir airoso del escollo al que se enfrenta. Al margen de que las mujeres de la televisión se han posicionado rotundamente en su contra, María Patiño ha ido un paso más allá. La periodista ha tenido a bien hacer una importante reflexión respecto a este caso, vinculándono a la estrategia televisiva de Antonio David Flores para con Rocío Carrasco. ¿Qué es exactamente lo que ha dicho la peridosta de Telecinco?

Las reflexiones de María Patiño se sustentan en dos pilares fundamentales. "Me suena lo de utilizar a los hijos", ha asegurado a través de sus redes sociales sin que le temblase la voz. De este modo, la presentadora de 'Socialité' se remonta a una realidad expuesta en Telecinco y que se denomina "violencia vicaria". A lo largo de la emisión de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva' se mostraron distintas pruebas documentales y audiovisuales que, a juicio de la producción, servían como un claro ejemplo de cómo el andaluz había sido capaz de utilizar la figura de Rocío Flores y David Flores contra su propia madre.

Con esta triste realidad para muchos en mente, Patiño ha establecido un símil con el discurso de Rubiales en plena sede de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF): "Fue como darle un beso a una de mis hijas. No hay deseo. Fue un beso espontáneo. Mutuo, eufórico y consentido, que esta es la clave de todo el proceso que se ha montado". Con estas palabras, Rubiales ha mostrado no tener pudor alguno mientras mencionaba directamente a Lucía, Ana y Elena, todas ellas menores de edad en el momento de la exposición pública.

Por otro lado, el segundo pilar en el planteamiento de María Patiño tiene que ver con la Justicia. Aunque sin mencionar a Antonio David Flores, queda meridianamente claro que existe un paralelismo entre el caso que nos ocupa y el exagente de la Guardia Civil que no tiene cabida en la televisión de nuestro país. "Los machistas suelen demandar… cuando se ven señalados", ha señalado la periodista. De nuevo, la emisión de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva' provocó que Flores virtiese amenazas constantes donde aseguraba que iba a tomar medidas legales contra todos.

Esta relación evoca un recuerdo que nace fruto de otro fragmento del discurso de Luis Rubiales. Durante su intervención ha asegurado que iba a emprender acciones legales contra cuatro figuras de la política española: Yolanda Díaz, Ione Belarra, Irene Montero y Pablo Echenique. El motivo, según su parecer, es el siguiente: "Me han acusado y están intentando asesinarme públicamente, y me voy a defender". Queda por ver si las demandas finalmente se registran o, por contra, solo estamos ante palabras vacías con el objetivo de crear revuelo.

La revolución social de Rocío Carrasco

La serie documental denominada 'Rocío, contar la verdad para seguir viva' fue un completo hito en la historia de la televisión de nuestro país. El impacto del relato de Rocío Carrasco a nivel social y cultural es algo innnegable; de hecho, fue capaz de sentar las bases para una mayor concienciación sobre la violencia de género en todas sus vertientes. La repercusión puede medirse a través de dos vertientes y, en primer lugar, se explican los datos: con una media aproximada de 3,6 millones de espectadores y un 26,2% de share, no hubo oferta capaz de hacerle sombra.

En la otra cara de la moneda se encuentra el auténtico fenómeno social hasta el punto de generar un debate de lo más intenso tanto en las calles como en los medios de comunicación. Rocío Carrasco relató en el programa los supuestos episodios de maltrato físico y psicológico que sufrió por parte de su exmarido, Antonio David Flores, así como el maltrato mediático del que fue víctima hasta el punto de cometer intentos autolíticos contra su persona. 'Rocío' se convirtió en un referente para la lucha contra la violencia de género y la reivindicación de los derechos de las mujeres.

Ana Bernal Triviño, a juzgar por lo que estaba ocurriendo con Rubiales, ha puesto sobre la mesa el modus operandi propio de este tipo de personas. "En un principio, él dice que no es machista, pero todos los pasos que ha dado para llegar hasta aquí solo se justifican y se encuentran en un manual de lo que es perfectamente reconocible en cualquier caso sexista. Se comete el hecho, posteriormente se intenta que la víctima te ayude a salvarte porque tú no quieres asumir la responsabilidad. Buscas a cómplices o aliados para que precisamente te salven porque te sigues negando a asumir esa situación. Y simplemente, al final, haces una huida a la desesperada. Lo que ha hecho es una continua desacreditación, responsabilizando a la jugadora de lo que ha ocurrido".