El restaurante Puerto Martina, ubicado en la playa de Mera de Oleiros (A Coruña), se ha convertido en protagonista este martes, 13 de agosto. Una publicación en Facebook disparaba las críticas contra el establecimiento, tildando a los responsables de "madrileñofobia", provocando que María, su portavoz, haya tenido que comparecer en Todo es mentira para dar explicaciones. Eso sí, el programa ha puesto contra las cuerdas algunos puntos de su defensa.
Pese a que el principal objetivo de la publicación era avisar del cierre ante la inminente llegada del puente del 15 de agosto, fecha clave en la que los madrileños ponen rumbo a otras partes de la geografía española, ha sido una frase la que ha desatado una enorme polémica: "Si cae una bomba en Mera, se quedan sin tontos en la Meseta".
El revuelo ha sido mayúsculo en el universo de las redes sociales, provocando que la televisión se centrase en dar con las explicaciones pertinentes. María, la portavoz del restaurante Puerto Martina, ha conectado en directo con Todo es mentira para intentar mitigar el conflicto y, de paso, hacer referencia al término peyorativo "fodechincho".
La portavoz del restaurante intenta zafarse de la polémica
Desde la costa gallega, María ha comparecido en directo para representar al establecimiento tildado de "madrileñófobo". En un primer momento, ha destacado que el restaurante "abre los 365 días del año" y, por ese motivo, trabajan "mayoritariamente con gente del pueblo". Eso sí, ha aclarado que "los turistas son igual de importantes" que la población local.
Sin embargo, la dirección del restaurante decidió cerrar antes de tiempo para evitar toparse "con un tipo de turismo que produce mucho desgaste al personal". Tal y como ha explicado María en Todo es mentira, llegan al restaurante Puerto Martina personas con demasiadas "exigencias", "altivez" y "altanería": "Esto nos llevó a quemarnos…".
"Nuestra previsión era cerrar en septiembre, dar vacaciones al personal, pero decidimos adelantarlo a esta semana, que es la más fuerte del verano y donde íbamos a tener un mayor número de turistas", ha continuado explicando, en línea con los términos expresados en el comunicado de la polémica.
Y ha sido entonces cuando, quitando hierro a las acusaciones de "madrileñofobia", ha comunicado que se prefería "no abrir ante la imposibilidad de atender a la gente como quisiéramos". A continuación, María ha aprovechado para exponer diferentes ejemplos de ese tipo de turistas, perfiles que por otra parte pueden pertenecer a cualquier lugar de la geografía española y no solo la Meseta.
Engaños, falsificaciones y agua para niños
Durante la conexión en directo, María ha intentado reiterar que el establecimiento "no vende comida", sino que está especializado en "bebidas, copas, cafés o refrescos"; eso sí, ofrecen "una tapa con las consumiciones": "Sufrimos un turismo que se sienta y, antes de pedir la consumición, pregunta qué tenemos para ofrecerles. Se permite decir que eso no les gusta, que si les podemos dar otra cosa".
Además, ha dado a conocer que el restaurante tiene "problemas con la gente joven", en referencia al consumo de alcohol: "Tratan de engañarnos día tras día con carnés falsificados diciendo que son mayores de edad". En definitiva, ejemplos para entender el porqué de ese "desgaste diario".
Justo en ese momento, los colaboradores de Todo es mentira han reaccionado con visible incomprensión. Luis Fabra ha tirado de sarcasmo: "O sea, lo normal de un bar en general". Y en la misma línea se ha pronunciado Marta González de Vega: "Hombre, que os pregunten qué ofrecéis antes de pedir… Tampoco es tanto".
A modo de réplica, desde Todo es mentira se ha explicado que la Comunidad de Madrid es una de las que más gallegos censados tiene. De nuevo, Marta González de Vega ha intervenido para intentar que no se generalizase, ironizando sobre la posibilidad de prohibir la venta de bocadillos de calamares.
"Claro que tenemos clientes de Madrid que han venido a saludar porque el verano pasado estuvieron con nosotros. Hay gente madrileña maravillosa, y gallegos que no lo son", ha concluido María, la portavoz del restaurante Puerto Martina, sobre esa generalización que tanto se ha criticado.