De los creadores de "el datáfono está estropeado para no pagar intereses bancarios" parece llegar nueva polémica dispuesta a azotar al sector de la hostelería. 'La Hora de La 1' ha querido abordar un asunto que incluso ha provocado un aluvión de quejas por parte de distintas asociaciones de consumidores: Un bar te obliga a consumir algo más que un café para tener derecho a degustarlo en una mesa. En este sentido, el espacio matinal de Radio Televisión Española (RTVE) ha querido contar con el testimonio de algunos establecimientos que ya implementan esta medida para conocer las razones.

Yolanda Ruiz, la empresaria entrevistada en el formato de La 1, apuntaba directamente a distintos motivos clave por los que se decidió implementar esta medida. Lo principal tiene que ver con que "el verano es corto en Bilbao" y es necesario contar con una elevada facturación de cara a un "invierno duro", sobre todo, para un establecimiento de carácter familiar como el suyo. "Decidimos en el momento que era lo que teníamos que hacer y lo hicimos. Como empresarios tenemos un local pequeño y defendimos el copa y comida ante el café", ha expuesto ante las cuestiones de Silvia Intxaurrondo.

No obstante, es necesario destacar una revelación completamente inesperada: la decisión de no servir únicamente cafés en mesa se tomó 15 años atrás de que este asunto saliese a la luz. La propia Yolanda Ruiz ha sido la encargada de destacar que ha sido un "periódico local" el principal interesado en que sus estrategias se convirtiesen en tema clave de la conversación social. Es más, ha llegado a mencionar que solo hay tres locales de un total de 24 con tácticas de este estilo en la zona donde opera: "Damos a la mañana para desayunar y a la gente que come", proseguía exponiendo.

Por otro lado, 'La Hora de La 1' desplegó sus equipos para conocer cuál era el sentir de otros hosteleros. Tomás Liendo, encargado restaurante Víctor Montes, se alineaba en el mismo sentido que su compañera de profesión: "La tenemos montada siempre para comer y si alguien quiere un pincho o algo, siempre queda más que claro que, al tener mantel y plato puesto, copa, vaso, está todo vacío y te ponen una carta, indica que no te puedes casi sentar con un café a no ser que pidas permiso dentro y se desmonte una mesa".

Los clientes rechazan contundentemente la medida

Como era de esperar, los clientes también han tenido su momento de protagonismo mientras se les preguntaba por esta polémica y veterana medida: "A mí no me parece bien eso, sinceramente. Durante todo el año podemos tomar todo, ¿ahora por qué no?". El resto de los entrevistados mantenían opiniones similares que se detallan a continuación: "Para el cliente de todo el año, pues también le apetece ahora sentarse a tomar un café tranquilo"; "sería bueno venir y tomar el tiempo que tú creas necesario, para eso se sale"; "media horita máximo, no te puedes estar toda la tarde aquí porque, claro, el alquiler vale su precio" o "cada uno puede elegir donde quiere y lo que quiere. Si pagas... ¡tienes que poder elegir!".

Tras escuchar estos totales, la hostelera de Bilbao que ha decidió no servir solo un café en su terraza volvía a pronunciarse a modo de resumen: "Cuando alguien quiere otro café, le decimos que no le damos ese servicio". No obstante, ha sido segundos después cuando ha entonado una curiosa reflexión: "Si es que no entiendo por qué tengo que dar explicaciones sobre el horario y las cosas que vendo en mi local. Porque pagues no tienes derecho a todo, como decía la otra persona, lo siento mucho. Es mi casa y son mis normas. Me ha funcionado desde hace muchos años. Esta polémica ahora... no entiendo el porqué".

Estrategia que recuerda a los datáfonos

En el malagueño Rincón de la Victoria no todo es alegría, jolgorio y calor. Algunos comensales se han encontrado con distintas complicaciones a la hora de abonar sus cuentas. Llega el recibo y pides pagar con tarjeta puesto que en la entrada hay carteles donde se asegura que admiten Mastercard y VISA, razón por la que no debería haber ningún problema... "El datáfono está averiado, ¿no ha visto el cartel?", pregunta el camarero, quien según las indicaciones de sus jefes tampoco admite el pago por transferencia. Solo hay una manera: el pago en efectivo. Es simple: sin recibo, no hay constancia del ingreso de dinero. Es como si no hubiera existido, va directo al bolsillo. Nadie sabe que el negocio ha ganado esa cantidad, Hacienda la última.