Estados Unidos observaba durante el mes de febrero cómo Wuhan luchaba contra el coronavirus y cerraba sus fronteras, aislándose del resto del mundo para hacer frente a la grave crisis que se estaba viviendo. Ni el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ni prácticamente nadie podrían imaginar que esa situación sería tan dura como la que dos meses después está viviendo el centro neurálgico del mundo occidental por antonomasia, Nueva York.

La ciudad que nunca duerme está prácticamente anestesiada, sin tiempo de acción y con un presidente que jamás reconoció la gravedad del asunto. Nueva York ha registrado hasta la fecha más de 122.000 personas contagiadas del virus y ha superado los 4.100 muertos.

Fallecido por coronavirus en Nueva York / EuropaPress

Desde tiempos de la Segunda Guerra Mundial no se vivía algo así en el centro neurálgico de Estados Unidos, y las cifras no son para nada positivos.

Sólo la ciudad de Nueva York supera en totalidad de casos confirmados a países como Alemania, China o Francia. Si fuese un país sería el cuarto en número de contagiados tras Estados Unidos, España e Italia.

La ciudad anestesiada

Nueva York vacía a causa de la crisis del coronavirus / EuropaPress

Las calles de Nueva York están más que acostumbradas al paseo de los turistas y los ciudadanos por cada rincón de la ciudad, con más de 65 millones de visitantes registrados en 2018, ver a la ciudad completamente vacía parece sacado de una película de ciencia ficción.

Ver como se monta un hospital de campaña especial para tratar a los contagiados de coronavirus en pleno Central Park, mítico enclave cinematográfico, estremece a la ciudadanía.

El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, ha confirmado que los hospitales del estado ya están colapsados. "Esta crisis ha metido una presión tremenda en el sistema médico. Estamos pidiendo a los hospitales que hagan más que nunca, teniendo en cuenta que ya estaban trabajando por encima de sus posibilidades antes de ésto", lamentó.

El jefe del Comisionado del Servicio de Salud Pública del país y cirujano general, el vicealmirante Jerome Adams ha querido comparar la situación que vive la ciudad con “el bombardeo sobre Pearl Harbor” o “los atentados del 11 de septiembre de 2001”, aunque ha explicado que "quiero que los americanos entiendan que, por muy difícil que vaya a ser la semana que viene, hay una luz al final del túnel".

Hospital de campaña de Central Park / EuropaPress

La administración de Trump no veía como una opción aislar a la ciudadanía de Nueva York para frenar el número de casos, hasta que su estrategia cambió por completo. El grave aumento de los casos en todo el país ha llevado al presidente de Estados Unidos a aumentar las medidas para afrontar dicha crisis.

Hace una semana, Trump se vio obligado a aplicar medidas de distanciamiento social, asegurando que "cuanto mejor lo hagamos, más rápido terminará esta pesadilla". De momento, Estados Unidos, y en concreto, Nueva York, continúa registrando un alto número de contagiados y habrá que esperar más de una semana para comenzar a ver datos positivos.