José Manuel Soto mantiene intacta su actividad en Twitter e incluso puede haberla duplicado. El cantante utiliza la red social para verter críticas constantes, e inclusos insultos, contra el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Pero también queda hueco para la conspiranoia. El andaluz desliza que el coronavirus es el fruto de una “guerra comercial”.

Soto ha escrito en un tuit que el Covid-19 es un virus “que viene de China y sólo ataca allí a una ciudad”. “Las demás están limpias, sus industrias funcionando y todo el mundo comprándoles material”, continúa el artista. Asegura que sus aliados “también están limpios” y desliza que “parece que sólo ataca a los países más fuertes”.

Detrás de esto hay una guerra comercial”, sugiere el cantante que, inmediatamente después, se pregunta si “algún día sabremos la verdad”. Una teoría que se ha extendido desde que el coronavirus avanzó de manera incesante a lo largo de todo el planeta. Sin embargo, la ciencia ha rechazado de pleno este hecho.

Un tuitero ha compartido las tesis de un artículo científico publicado en la revista Nature Medicine en los que expone argumentos que tumban esta teoría conspiranoica propagada por, entre otros, José Manuel Soto.

En el artículo explican cómo se fabrica un virus y esgrimen que las espigas, la parte que recubre el virus y que utiliza para adherirse a las paredes de las células humanas y animales, habían evolucionado hasta ser capaces de atacar de forma eficaz la estructura molecular en el exterior de las células ACE2.

Este es uno de los motivos que certifican que se trata del resultado de la naturaleza y no de la acción humana mediante la ingeniería genética. La estructura molecular del virus refuerza las conclusiones de esta investigación. Los científicos de este estudio aseguran que, de haberse creado en algún laboratorio se tendría que haber construido en base a la espina dorsal de otro virus conocido.

Los investigadores han determinado que la columna vertebral del Sars-Cov-2 es muy diferente a la de los otros coronavirus, aunque guarda una estrecha relación con los que afectan a animales como murciélagos o pangolines, dos especies en el punto de mira desde que se inició la epidemia.

Los científicos apuntan a que el origen del virus está en el reino animal y descartan “la manipulación en el laboratorio” debido a las “mutaciones en la porción de las espigas y en la estructura molecular del mismo”.